Su trabajo es el reflejo de una vida dedicada a fortalecer los vínculos entre Cuba y Galicia

Miguel Ángel Alvelo: “La transparencia ha sido el éxito en nuestra gestoría A&S”

Miguel Ángel Alvelo Céspedes ha tenido una larga trayectoria en el mundo de la gestoría consular. Su trabajo es el reflejo de una vida dedicada a fortalecer los vínculos entre Cuba y Galicia. Nacido en Camagüey (Cuba) y con profundas raíces gallegas, Alvelo ha sido testigo y protagonista de la historia migratoria que une a ambos territorios en un viaje de ida y vuelta, lo cual se refleja hoy en la cantidad de expedientes de solicitudes de la nacionalidad española (LMD).

Miguel Ángel Alvelo: “La transparencia ha sido el éxito en nuestra gestoría A&S”

Fundador de una gestoría pionera en Camagüey en los años 90, su trabajo ha facilitado el acceso a la nacionalidad y otros servicios consulares para innumerables descendientes de emigrantes españoles en Cuba. Alvelo nos habla hoy acerca de los orígenes de su labor, la importancia del apoyo de figuras clave como el mismo presidente de la Xunta de Galicia entre 1990 y 2005 Manuel Fraga Iribarne, y cómo su gestoría ha evolucionado para convertirse en un soporte fundamental para la comunidad cubano-española.

Autor del libro ‘Manuel Fraga, un gallego cubano. Fidel Castro un cubano gallego’ –prologado por el que era presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, hoy presidente del Partido Popular en España–, Alvelo escribe habitualmente en una columna de ‘Crónicas de la Emigración’ sobre el trabajo diplomático tanto español como cubano, y prepara su segundo libro, titulado ‘Relaciones Diplomáticas Cuba y España’, con el prólogo del exministro Miguel Ángel Moratinos.

Ha sido presidente de la Asociación de cubanos en Madrid (ASICUBA), y promotor del proyecto de la Asociación de Empresarios Españoles (ANEC), donde se realizó el primer Foro Empresarial Iberoamericano en el Concello de Baiona (Galicia), en el Parador Conde de Gondomar de Baiona el 27 de febrero de 2020. Con el apoyo del exalcalde Carlos Gómez Prado, igualmente del embajador de la República de Cuba, Gustavo Machín Gómez; la consejera económica de la Embajada de Cuba, Janet Fernández Padilla; la cónsul general de Cuba en Galicia, Yahima Martínez Millán, y la persona que coordinó, por la Asociación de Empresarios Cuba y España (ANEC), este encuentro empresarial fue Elena Teresa Pérez Pardo, directora de la empresa gallega Summum Delicatessen.

El 30 de noviembre de 2017, en una ceremonia solemne y emotiva celebrada en el histórico Palacio del Muy Ilustre Centro Gallego de La Habana, Miguel Ángel Alvelo Céspedes recibió el reconocimiento como Caballero de la ‘Enxebre Orde da Vieira’, en compañía de otras destacadas personalidades. En presencia del embajador del Reino de España en Cuba, Juan José Buitrago de Benito, y diversas figuras diplomáticas y gubernamentales como Antonio Rodríguez Miranda, secretario xeral de Emigración de la Xunta de Galicia, se destacó la contribución de Alvelo y de sus compañeros galardonados a la promoción de la cultura y los valores gallegos en Cuba y el mundo.

Pregunta. ¿Cómo nació la gestoría en Camagüey en 1995 y qué inspiró su creación en un contexto donde aún no existían servicios como la Consultoría Jurídica Internacional?

Respuesta. La gestoría nace a raíz de mi viaje a Galicia en el año 1995, que fui a conocer a mi familia a la localidad de Taboada, provincia de Lugo. Al regresar se había iniciado el Movimiento Asociativo Español, que lo comprendieron todas las sociedades españolas en Camagüey. Por mi ascendencia gallega pude conocer perfectamente el inicio del primer nombre que fue la ‘Peña Gallega’. Su presidente era Pedro Cruz González.

Ese inicio se dio en la calle Cisneros número 258 entre hermanos Agüero y General Gómez, edificio colonial del siglo XVII. Fue propiedad de la familia del Castillo, y después de la contienda bélica sirvió como Hotel Internacional. Ya en la segunda década del siglo XX fue utilizado como lugar de recreo para los residentes españoles en Camagüey. Luego de 1959 se crea la Sociedad de Amistad Cubano-Española (SACE), y justo en ese edificio muere mi abuelo, en una reunión a la que asistía entre compañeros españoles.

En 1973 pasó a ser la delegación provincial del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). En octubre de 1976 fue reabierta como Casa de Amistad, cuya inauguración estuvo a cargo del poeta nacional Nicolás Guillén. Desde junio de 1993 se reinauguró como Centro Iberoamericano en el marco de la conmemoración por el 60º aniversario del histórico vuelo Sevilla-Camagüey.

A raíz de ese impulso de la creación de la Peña Gallega, nace mi inquietud por formar el primer equipo de descendientes gallegos de natación. Nace al amparo de la Sociedad Cultural Rosalía de Castro de La Habana, cuyo presidente se llamaba Juan Francisco González, y con la anuencia de Jesús Barro López, presidente del Centro Gallego de La Habana, que fue como un padrino para mí. En el Centro Gallego de La Habana se encuentra la Oficina Administradora de la Xunta de Galicia. El doctor Barros fue el primer corresponsal del periódico ‘España Exterior’, colaborador con ‘El Correo Gallego’.

El Club de Natación entrenaba diariamente en la piscina del Instituto del Superior de Ciencias Médicas de Camagüey bajo el paraguas de la Sociedad Cultural Rosalía de Castro. Los niños eran descendientes de gallegos, y sus padres eran asociados de la Peña Gallega. Siempre tuvimos varios apoyos, por ejemplo, de quien era el rector del Instituto, Rómulo Rodríguez Ramos; del vicepresidente del Gobierno de Cuba, José Ramón Fernández (El Gallego Fernández); del presidente de la Federación Cubana de Natación y miembro del Buró de la FINA, Guillermo Martínez Ginoris, quien fue como un padre, y el apoyo, siempre, de la Xunta de Galicia. Fernando Amarelo de Castro y Manuel Fraga Iribarne, quienes jugaron un papel muy importante en el gobierno de Galicia, también fueron vitales. La Federación Gallega de Natación, cuyo presidente era Manuel Amor Gabeiras, y estaba ilusionado por organizar una competición entre ambos países, estaba coordinando ese certamen deportivo.

Como responsable del equipo de descendientes gallegos de natación comencé a dar viajes continuos a La Habana y al Consulado General de España. Allí pude estrechar mis relaciones con personas como Raúl Soto Santana, que trabajaba en la Consejería de Asuntos Sociales y Laborales, cuyo jefe era Lope Serrano Calderón. Recuerdo que siempre me daban un periódico sobre asuntos diplomáticos y que Raúl Soto Santana, colaborador de la revista ‘Carta de España’, y del periódico ‘La Región Internacional’ de Ourense, tenía una paz interior infinita. Era un hombre excepcional, trataba de ayudar a todos, tenía ese don de servir, y ese bien hacer a las personas está reflejado en el Festival de Música y la Danza In Memoriam.

En 1996, asistí a una actividad en Camagüey con motivo de la visita del Cónsul General Eduardo Cerro a la provincia. El evento se celebró en el Centro Iberoamericano y fue el primer gran estímulo que me impulsó a crear mi gestoría. También puedo mencionar a figuras como el cónsul general Carlos Pérez Desoy Fages, quien fue clave en mi vida profesional, y Antonio Muñoz Rojas, con quien mantuve una excelente relación. Además, tuve una conexión cercana con otros cónsules, como Pablo Barrios Almazor, a quien dediqué un artículo titulado ‘Adiós a mi amigo Pablo Barrios Almazor’, y Álvaro Kirkpatrick de la Vega, de quien aprendí a través de su libro ‘Los visados en el Derecho Español y de la Unión Europea’.

En diciembre de 1994, Orlando González Beares, gran amigo y hermano, ya había fundado la Casa Cántabra en Camagüey. Simultáneamente, llegó a la provincia la primera agencia de viajes española en establecerse en Cuba, ‘Viajes Altamira’, bajo la dirección de su fundador, Fernando García. Orlando Lázaro González Beares fue designado representante de la agencia, que también gestionaba expedientes de visados y legalizaciones. A lo largo de ese tiempo, aprendí mucho de Orlandito, por lo que siempre estaré agradecido.

Con todo este contexto a favor, nació la idea de comenzar a hacer trámites consulares. Yo no tenía idea en ese momento de que esto fuera a ser una gestoría, yo era un simple tramitador. Recuerdo que el primer trámite que realicé fue a una señora, hija de gallego, del municipio de Sola, en Camagüey. Lo recuerdo perfectamente. Y fue cuando lo de la doble nacionalidad, no eran los temas estos referentes a la Ley de Memoria Democrática (LMD), justo en 1995 hay Ley 29/1995, de 2 de noviembre, por la que se modifica el Código civil en materia de recuperación de la nacionalidad.

Tengo que decir que también tuve el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Cuba, y específico el departamento de Legalización. Allí me trataron con mucho cariño y respeto. Luego supieron que ya había emprendido este negocio, cuando llevaba los expedientes preparados a La Habana y mantuvieron su cortesía y amabilidad, al igual que en el Consulado, a donde iba a legalizar después de legalizar en el MINREX.

Al no existir Consultoría Jurídica Internacional, éramos pocos en la tramitación de documentos, oficialmente: Viajes Altamira, con Orlando González Beares, Pedro Cruz, que no era vicecónsul, sino presidente de la Peña Gallega, y yo. También había dos abogados muy emblemáticos amigos. Héctor Don llenaba las planillas para pasaporte en el parque de Vista Hermosa, y era notario desde antes del triunfo de la Revolución. Era muy buen amigo mío, yo visitaba su casa, conocí a su esposa Vivian, sus padres eran dueños de la fábrica láctea (La Vaquita). Luego estaba otro prestigioso abogado, también de antes del ‘59, que se llama Fernández Mata, su casa en el reparto Garrido, pude visitarlo muchas veces, porque había sido abogado de la familia.

P. ¿Camagüey había tenido antes un viceconsulado?

R. Sí. En su día estuvo ubicado en el palacio Bernal en la calle Raúl Lamar, antes San Clemente, en la pequeña plazoleta de San Clemente, luego conocida como el Cardenal Arteaga porque en esa casa se había puesto una placa de bronce en memoria del primer cardenal cubano que existió, ‘Arteaga’. Se dice que el vicecónsul vivía en los altos de la casa natal de Ignacio Agramonte, encima del correo de la Plaza de la Merced.

Hay una guía oficial de España del año 1907 donde aparece Juan Mata Barrios como cónsul honorario de España en Camagüey. Luego han pasado otros vicecónsules, como Alfredo Correoso de Quesada, quien se encontraba en la Calle Independencia 263, y luego, el más reciente, que ya falleció, Pedro Cruz González que radicaba y vivía en la calle Artola 360 entre Capdevila y Joaquín de Agüero, en La Vigía.

Los viceconsulados honorarios, que es el término diplomático que se usa para ellos, son denominados mensajeros. Lo que hacen es tramitar las solicitudes de altas de residentes, de certificado de baja consular, de inscripción de nacimiento y de pasaporte. No es obligatorio que el vicecónsul sea español; actualmente Omar Sastre, a quien considero un amigo, es el vicecónsul honorario en mi provincia natal, y está realizando un trabajo encomiable.

P. ¿Cuáles son los principales servicios que ofrece actualmente su gestoría, y cuáles han sido las claves para mantenerse con éxito?

R. Ante todo, nuestra Gestoría A&S, ha pasado a dar servicios a nivel Internacional, no solo para Cuba, sino también a residentes cubanos en Miami, en Luanda (Angola), Uruguay, Brasil…, es mi deseo ir ampliando los servicios donde se encuentre un cubano. Los servicios fundamentales que prestamos en España desde nuestra gestoría son: obtención de certificados de nacimientos de españoles originarios, igualmente Fe de Bautismo, junto con su Negativa por el Registro Civil de la localidad, certificación literal de nacimiento, y certificación de nacimiento para DNI, hablamos del ciudadano de doble nacionalidad, dichas solicitudes se realizan al Registro Central de Madrid.

No debemos obviar el trabajo de los diferentes archivos diocesanos a nivel nacional, que realizan una excelente labor, junto a los diferentes registros civiles en toda España y el departamento de Legalizaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (MAEC). Cómo no mencionar el servicio consular de los diferentes consulados de la República de Cuba en España, Madrid, Santiago de Compostela, Barcelona, Sevilla, Canarias, con los que mantenemos una estrecha relación, y, sobre todo, ellos han confiado en nuestra gestión, y eso se trasluce en responsabilidad.

La homologación de titulaciones ha sido un servicio continuo y fundamental, especialmente en el sector de la salud. Esto incluye la legalización de títulos, certificados de notas, el plan temático correspondiente, y documentos como el Certificado de Buenas Prácticas y el historial laboral que demuestre la no inhabilitación en el ejercicio de la profesión. Trabajamos con una base de datos que registra las diferentes notarías por comunidades autónomas, provincias y municipios en España. Actualmente, hay casi 3.000 notarios distribuidos por todo el país, incluso en pequeñas localidades. Los servicios más solicitados a dichas notarías son el acta de manifestaciones, los poderes y la formalización de parejas de hecho.

Muchos familiares en España desean invitar a sus padres o parientes que residen en Cuba. Desde nuestra gestoría, nos encargamos de completar el modelo de solicitud para la expedición de la Carta de Invitación y gestionamos las Tasas del Modelo 790, código 012. Otro servicio diario es la legalización de documentos ante el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Cuba (MINREX) y el apostillado ante el Consulado General de España en La Habana. Para asegurar un proceso eficiente, hemos contratado a un mensajero en La Habana que se encarga de recoger la valija que enviamos semanalmente desde Madrid, y de entregarla y devolverla a La Habana, garantizando un flujo constante de documentos.

Otro servicio que prestamos es la traducción de documentos a través del departamento ESTI del Ministerio de Asuntos Exteriores de Cuba –MINREX–. Debo agradecer a su subdirectora, Mercedes Callava, su apoyo a nuestro trabajo, igualmente a mi amigo el embajador Gustavo Machín Gómez, director del ESTI.

En cuanto a las claves para mantener el éxito, ante todo, la honestidad, la transparencia, la constancia y la educación. Este modelo me lo enseñaron mi padre y mis abuelos gallegos, quienes, a pesar de apenas saber escribir, tenían la sabiduría y la virtud de construir un negocio. Un ejemplo es mi bisabuela Manuela, quien, proveniente de un pueblo marinero en Lugo, logró con mucho esfuerzo crear dos pequeñas empresas, aunque no sabía que aquello se llamaba ‘holding’. Otro ejemplo de sacrificio son los fundadores de Galerías Preciados y El Corte Inglés, don Pepín Fernández y don Ramón Areces, quienes llegaron a Cuba sin nada, pero trabajaron incansablemente. Estas personas, que salieron de toda España, me impresionan profundamente porque llevaban grabado en la frente: “Trabajo constante, resultado es éxito”. Disculpe que me haya desviado un poco del tema.

Entre los servicios más solicitados está la preparación de expedientes de visados. A quienes lean esta entrevista, les pido que no se dejen estafar por personas que les prometen “cuentos de hadas”. La aprobación de cualquier tipo de visado ante el Consulado General de España depende exclusivamente del cónsul general o del cónsul adjunto, quienes valoran exhaustivamente cada expediente, así como los recursos de reposición potestativa.

Por ejemplo, nuestros clientes reciben una carpeta con nuestro logotipo, que contiene su cita, planillas de visado y demás documentos requeridos por el Consulado General. Cada solicitud se acompaña de un presupuesto por escrito con su desglose correspondiente.

El éxito también radica en que el cliente perciba seguridad, y esto se logra con el resultado de cada servicio contratado. En esta era digital, cada ciudadano es, sin saberlo, un periodista: tienen en sus manos un teléfono móvil que graba, toma fotos y está conectado instantáneamente a redes sociales. Esto implica que, si un cliente queda insatisfecho o siente que ha sido engañado, puede utilizar estas plataformas para desacreditar nuestro despacho en segundos, afectando nuestro prestigio. Siempre he dicho que cultivar un amigo verdadero lleva años, pero perderlo solo segundos.

P. ¿Cómo ha evolucionado el Consulado de España desde 1996 hasta la fecha de hoy, y qué papel juega la gestoría en el fortalecimiento de los vínculos entre Cuba y España?

R. Puedo hablar desde mi experiencia, aunque algo superficial, sobre los años que van desde 1996 hasta el 2000, antes de salir de Cuba de la mano del presidente Manuel Fraga Iribarne. En esa época, las planillas de visado eran distintas: recuerdo que tenían cuatro colores –amarillo, blanco, rosado y verde, si no me falla la memoria–. El consulado tenía en la planta baja el Registro Civil, y cerca de allí se encontraba la oficina de Asuntos Sociales y Laborales, una pequeña oficina en el interior del patio del Consulado. Más tarde, estas oficinas se trasladaron al Paseo del Prado, donde también se encontraba el Consejo de Residentes Españoles, presidido en ese entonces por Antonio Fidalgo Dopazo. Pude intercambiar algunas ideas con él sobre mi labor en la Asociación Rosalía de Castro, así como temas de visados y legalizaciones.

Sin embargo, todo tiene una explicación que iré desglosando. Primero, la población española en Cuba ha crecido considerablemente. Según el CERA (Censo de Electores Residentes Ausentes), los inscritos ascienden a 159.952, mientras que en España residen aproximadamente 200.000 cubanos. Mi pregunta es: ¿piensan que es fácil para el cónsul general y su equipo gestionar estas cifras como antes? La respuesta es NO, es imposible. Como mencioné antes, existe un solo consulado de carrera para toda Cuba, que recibe solicitudes no solo desde España, sino también de otros países. Muchas personas se dejan llevar por titulares, sin profundizar en el análisis de la situación, y esto se aplica a cualquier noticia.

El balance de la Dirección General de Españoles en el Exterior y de Asuntos Consulares refleja que el Consulado General de La Habana expidió 25.221 documentos. Aunque la cifra pueda parecer sencilla, detrás de ella hay un gran esfuerzo.

Cuando escribí mi modesto libro ‘Manuel Fraga, un gallego cubano. Fidel Castro, un cubano gallego’, prologado por el entonces presidente de la Xunta de Galicia y actual presidente del Partido Popular de España, recordaba mis orígenes camagüeyanos, algo que nunca he negado. Siempre me viene a la mente aquel salón de mi casa en Camagüey, en la Calle Ticunicú 6-A, entre Pobre y Rosario, con aquella vieja máquina de escribir Underwood que apenas sabía manejar. A pesar de ello, tenía inquietudes por aprender sobre el trabajo consular. Reitero, la gestoría seguirá desempeñando un papel central en el fortalecimiento de los vínculos entre Cuba y España. Recuerdo el consejo que me dio el presidente Manuel Fraga Iribarne, como buen diplomático que fue en Londres: “Paisano, Galicia está compuesta por muchos puentes romanos, que significan unión. Trate de unir puentes”.

Hoy, la Gestoría A&S es la única que presta servicio dentro del Consulado General de la República de Cuba en Barcelona, ofreciendo soporte a ciudadanos cubanos y españoles en diversos trámites. Esto ha sido posible gracias a la confianza que ha depositado en mí el cónsul general de Cuba, Alejandro Castro. ¿Qué significa esto? “Responsabilidad”. También quiero destacar la ayuda que he recibido de la cónsul general en Santiago de Compostela, Ingrid Izquierdo Sterling, quien siempre me responde y de quien he aprendido mucho. Sin duda, esta responsabilidad también se extiende al MINREX.

P. Después de 5 o 6 años de haber retomado las actividades de la gestoría, ¿cuáles han sido los logros más destacados y cómo proyecta el futuro de su empresa en el apoyo a la comunidad cubana en España?

R. Reitero, mi objetivo es convertirnos en una gestoría con alcance internacional. Me sorprende gratamente cuando recibimos llamadas de lugares como Ecuador, Las Vegas o Italia, lo que indica que, de algún modo, estamos haciendo las cosas bien. Sin embargo, también hemos enfrentado frustraciones y cometido errores. Cuando llegue el momento de retirarme de esta actividad, espero poder escribir un libro sobre las diversas experiencias que he vivido.

Hemos logrado importantes avances en el apoyo a la comunidad cubana en España. Nuestra labor principal ha sido brindar asistencia a los cubanos que vienen a España, ya sea por becas, homologación de títulos o cualquier otro motivo. La demanda ha crecido considerablemente, y hemos trabajado para ofrecerles el soporte necesario en cada paso. Desde enviar los expedientes a Cuba hasta proporcionarles un bolígrafo para rellenar sus planillas de cortesía, nuestra misión siempre ha sido ayudarles en la medida de lo posible.

Uno de los logros más destacados ha sido el perfeccionamiento constante de la gestoría, adaptándonos a las necesidades de la comunidad cubana sin olvidar nuestras raíces. Mi identidad camagüeyana está profundamente arraigada en todo lo que hago. Soy un orgulloso nacionalista camagüeyano, y si volviera a nacer, elegiría Camagüey una y otra vez. Este sentido de pertenencia y respeto que Camagüey inspira ha sido fundamental para mantener viva la esencia de la gestoría. La historia cultural y las figuras icónicas como la familia Agramonte o Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía y presidente de la República en Armas el 27 de noviembre de 1873; la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda; el científico Carlos J. Finlay, quien descubrió el agente transmisor de la fiebre amarilla, son ejemplos del legado de nuestra tierra, y esto nos motiva a seguir adelante.

En cuanto al futuro, proyectamos seguir perfeccionando nuestros servicios y ampliando el apoyo a la comunidad cubana en España. Queremos que la gestoría continúe siendo un puente entre ambas culturas, ayudando a los cubanos a integrarse y prosperar en su nueva vida, sin perder el amor y el respeto por sus raíces.

P. ¿Cómo proyecta el futuro de su empresa en el apoyo a la comunidad cubana en España?

R. Con Viajes Altamira aprendí que la elegancia es esencial en una empresa. Si hay elegancia, es porque el CEO o director general la fomenta. Es un valor que llevamos como bandera. Y mi sueño es seguir manteniendo nuestra distinción, desde los folios membretados y las carpetas con nuestro logo hasta la atención que le damos a los clientes. Personas de Países Bajos, Italia y otros países han confiado en nuestros servicios, y siempre hemos contado con el apoyo de los consulados cubanos. De los diplomáticos cubanos solo tengo palabras de agradecimiento, reitero.

Ojalá que en un futuro cercano podamos convertirnos en una empresa proveedora de servicios de externalización. Con nuestra experiencia, estaríamos en condiciones de facilitar información sobre visados, gestionar la asignación de citas para presentar solicitudes, recibir la documentación necesaria, cobrar las tasas correspondientes y devolver los documentos a los interesados de manera eficiente.

Mi misión, como cristiano, siempre ha sido unir y no desunir. Uno de mis versículos favoritos, que uso para reflexionar y autoanalizarme, es: 1 Corintios 13

El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso; no es grosero ni egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal; el amor no se alegra de la injusticia; se alegra de la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera.

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