Esta iniciativa ofrece asesoramiento y acompañamiento a las familias que quieran asentarse en el rural

Enrique Martínez presentó el trabajo del ‘Proyecto Arraigo’ a la directora general de Ciudadanía Española en el Exterior y Políticas de Retorno

El director general del ‘Proyecto Arraigo’, Enrique Martínez, se reunió con la directora general de Ciudanía Española en el Exterior y Políticas de Retorno, Elena Bernardo, a la que explicó el trabajo que llevan a cabo para que las familias que viven en Hispanoamérica y en las que “uno o dos miembros son españoles”, regresen y se instalen en el rural español.

Enrique Martínez presentó el trabajo del ‘Proyecto Arraigo’ a la directora general de Ciudadanía Española en el Exterior y Políticas de Retorno
Proyecto Arraigo
Elena Bernardo y Enrique Martínez, junto a participantes en el 'Proyecto Arraigo'.

“Intentamos –subraya Martínez– que la Dirección de Ciudadanía y Retorno entienda lo que estamos haciendo, lo compruebe y busquemos soluciones para hacer el tema lo más sencillo y lo más económico posible, ya que van a ganar todos, los españoles que vienen en una situación límite de vivir en su país y los pueblos que van a acoger a familias con niños, porque siempre traemos familias con hijos”.

Desde ‘Proyecto Arraigo’ han propuesto varios convenios y diferentes formas de colaborar “para que el regreso de españoles al mundo rural sea mayor”, ya que los pueblos necesitan trabajadores y “hay mucho talento entre los españoles que se encuentran fuera y hay mucha necesidad de cubrir estos puestos de trabajo”.

Martínez asegura que se centraron en las familias que viven en Hispanoamérica porque “tenemos la suerte de tener un gran número de españoles que son descendientes de los que emigraron en el siglo XIX y XX y que han mantenido esa conexión con España y pueden venir”. El proyecto cuenta con gente de muchas culturas diferentes, pero “entendemos que es mucho más fácil por el idioma y la historia” la integración de un hispanoamericano y además “muchas veces lo traemos al pueblo o a la provincia de donde salieron sus ascendientes”.

A través de este proyecto ya han regresado a España un total de 41 familias –37 desde Cuba, dos desde Argentina y otras dos desde Venezuela– que ya están residiendo en pueblos de las provincias de Cuenca, Soria, Burgos, Palencia, Valladolid y Zamora.

Las familias que vienen de Hispanoamérica y que mejor arraigan tienen en 35 y 45 años con niños; las segundas son las que tienen entre 30 y 50; y luego entre 25 y 55 se resisten más al arraigo. Por encima de 55 años, es difícil lograr ese arraigo.

Esta empresa de carácter social lleva a cabo un proceso de selección de las familias participantes y un “acompañamiento constante de forma que sea humanizado y las personas que van a venir conozcan perfectamente a qué casa y a qué pueblo van a ir, a qué trabajos pueden concurrir”, destaca Martínez, que recuerda que “no hay un contrato firmado, pero se habla con los empresarios que en esa zona necesitan trabajadores e intentamos que tanto el matrimonio como otra persona que venga en la familia, que puede ser un abuelo o un hijo mayor, pueda tener también una vida laboral si lo quiere”.

‘Proyecto Arraigo’ nace en 2017 en Soria ofreciendo servicios poblacionales a entidades locales, diputaciones, comunidades y empresas para servir de puente entre el mundo rural y los ‘urbanitas’ que quieren un cambio e irse a vivir a un pueblo.

El año pasado participaron en una iniciativa financiada por la Junta de Castilla y León para traer familias de fuera a las zonas rurales de la comunidad y cuando terminó “hay familias que nos piden que continuemos con este servicio”. Desde ‘Proyecto Arraigo’ se continúa con la actividad, pero con un coste para las familias, ya que cuentan con técnicos en el territorio para poder conocer a las familias y determinar su idoneidad para asentarse en el mundo rural y para acompañarlas en el proceso. Además, es necesario llevar a cabo un papeleo previo.

En todo caso, Martínez matiza que, como empresa social que son, una familia que cumpla los requisitos y sea adecuada “no se queda sin venir por una cuestión económica”.

Actualmente, ‘Proyecto Arraigo’ también está trabajando el tema del emprendimiento porque “hay empresarios de estos países que quieren venir y entonces buscamos en el territorio esa actividad que no tiene relevo generacional”. “En Castilla y León y Castilla-La Mancha –lamenta Martínez– se están perdiendo negocios a diario, en torno a 10 ó 15 porque no hay personas que los puedan atender. Son negocios pequeños que son rentables para vivir una familia, pero no hay relevo o no hay posibilidad de crecer. El estancamiento no hace que el proyecto deje de ser viable”.

Proceso

Lo primero que tienen que hacer las familias –tanto residentes en España como en el exterior– que quieran vivir en el rural español con el acompañamiento del ‘Proyecto Arraigo’ es darse de alta en la página web www.proyectoarraigo.es y rellenar un formulario en el que se deberán explicar los motivos por los que se quiere vivir en el rural y las necesidades concretas de la familia.

Una vez que se da este paso, los técnicos se ponen de acuerdo con los solicitantes para establecer un primer contacto y, a partir de ahí, conocerse y, en el caso de residentes fuera de España, presentar el presupuesto.

Si la familia es considerada adecuada y toma la decisión de trasladarse, ‘Proyecto Arraigo’ le asesora sobre la documentación necesaria y hace las gestiones para el viaje. Una vez que llegan al pueblo de destino continúa el asesoramiento para trámites de empadronamiento e integración social.

El tiempo medio del proceso en el caso de los españoles residentes en ultramar es de tres meses, mientras que si el traslado es dentro de España son dos meses.

Actualmente, cuentan con peticiones de unas 20.000 familias que están en España, de distintas nacionalidades, pero que residen legalmente, y otras 5.000 familias que están en países de América, pero “más del 40% de estas familias no son seleccionados porque no tienen condiciones suficientes, creen que el mundo rural es de otra forma o son exigentes en una serie de peticiones”, asegura el director general del proyecto. “Las familias –remarca– tienen que ir en igualdad de competencia que los vecinos que están en el pueblo. No les paga una casa, no se les da cosas gratis, tienen que ser competentes. Nosotros les ayudamos en todo y el propio ayuntamiento, también, pero los ayuntamientos no pueden hacer frente a deficiencias o problemas que puedan llevar ellos y eso supone un lastre para los pueblos pequeños y, por eso, únicamente seleccionamos a familias que puedan tener una actividad normal de trabajo y actividad, que sean personas abiertas y se integren en el tema cultural, ocio, trabajo y educación. Por eso se hace con técnicos” que conocen “las condiciones del pueblo y elegimos a las familias para que todo se arraigue conforme a lo que se ha planificado con las familias en origen, ya sean de Sevilla o de Venezuela, Cuba o en Argentina”.