MIGUEL BORDEJé ANTóN

Carta del presidente de la Casa de Soria en Madrid

Carta del presidente de la Casa de Soria en Madrid
Conecté en los albores y primeras gestiones (1975-1979) con los promotores de esta gran obra y hermosa tarea que es nuestra Casa de Soria en Madrid. Sus nombres y arduos trabajos siempre serán recordados con gratitud, como los de todos los socios y especialmente de cuantos han formado parte de las diversas juntas directivas.
Desde el primer momento en que ya se podía iniciar alguna actividad me responsabilicé, como vocal de Cultura de la Junta Directiva, de las relacionadas con este sector, entre las que, durante años, abundaron las referidas a nuestra provincia en sus múltiples aspectos, llegando a ser muy conocidos los que denominamos como ‘Martes Culturales de la Casa de Soria’.
Tras varios años de presidente, hasta 1985, he seguido como socio, y con gran interés, el día a día del devenir de la Casa, del cambio de locales, de los esfuerzos y desvelos de cada Junta Directiva, apoyando de nuevo, desde la década de los noventa y como vicepresidente de ésta, la preparación de los programas de los diversos cursos y actividades múltiples.
Como es fácil deducir, en tan largos periodos he conocido y vivido muy de cerca todo el proceso de unos y otros directivos, de los problemas de diversa índole surgidos al paso del tiempo, y también de las alegrías que pueden llevar consigo los éxitos logrados.
A estas alturas conocemos muy bien cómo fueron transcurriendo las cosas, con sus altibajos, sus momentos estelares (creación de los títulos de ‘Sorianos del Año’, viajes que dejaron huella y recuerdo, importantes ciclos enfocados a la realidad de nuestra provincia, por poner unos ejemplos) y otras circunstancias quizás menos relevantes, y hasta ingratas. Pero era, ha sido y es nuestra Casa y recordamos todo con la memoria agridulce que imprime el paso del tiempo, y dando todo el trabajo como muy bien empleado.
En esas queremos seguir. En el esfuerzo por ir centrando cada día con mayor fidelidad los objetivos que miren a la Casa de Soria, a los sorianos en Madrid, a las buenas relaciones con otros Centros y Casas sorianas en España y Argentina, incluyendo, lógicamente, los cada vez más numerosos de Castilla y León aquí y en cualquier lugar del mundo.
Y para estos propósitos, para hacer realidad tan ambiciosos proyecto tenemos que contar con la voluntad de apoyo de muchos más sorianos, de Madrid y de fuera (como ocurre con nuestra provincia, en donde viven un buen número de socios de la Casa); aumentar el elevado número de socios para que los dos mil actuales, a quienes de forma directa o indirecta les llega la influencia del quehacer de la Casa, pueda ascender a cinco mil.
Y, como una piña, los muchos sorianos residentes en Madrid –jóvenes o mayores, viviendo en el centro o en los alrededores de esta capital, procedentes de una zona u otra de la provincia– estemos para sugerir ideas y proyectos, para ofrecer colaboración, para respaldar los trabajos de las juntas directivas o también, por qué no, para formar parte de éstas, o al menos para, en cercanía y unión, apoyar alguno de los proyectos o actividades ya en marcha o a realizar en el futuro.
En esa línea es en la que creemos. Optimista sí y esperanzadora, pero nada utópica porque, a pesar de que puedan darse actitudes negativas, sabemos cómo es nuestra gente, creemos en sus valores, en la tenacidad de su saber esperar, en el esfuerzo por conseguir lo propuesto.
Y por todo esto y por mucho más, ésta es nuestra Casa de Soria, en la que creo, la que he querido, quiero y seguiré queriendo. Dejando a un lado intereses particulares o espurios, y buscando en ella la más adecuada plataforma para la convivencia y el encuentro, para las mejoras actuales y futuras de nuestra provincia. Con ella queremos seguir, en ella unirnos y, desde ella, vivir más y mejor nuestra sorianidad.

Miguel Bordejé Antón
Presidente de la Casa de
Soria en Madrid