Isabel Urrutia participa en los actos del 115º aniversario de la creación de la Casa de Cantabria en Baracaldo
Urrutia ha trasladado la admiración y el orgullo del Gobierno de Cantabria por la actividad de la junta directiva, encabezada por el presidente, Antonio Dosal, y de todos sus socios “por mantener vivas las costumbres y las formas de vida de nuestra Cantabria natal”, a pesar de la distancia y del paso del tiempo.
“Las Casas de Cantabria sois, literalmente, una prolongación de nuestra Comunidad en el exterior y, por ello, en el Gobierno tenemos la responsabilidad de proteger y alentar vuestras actividades, y compartir vuestras celebraciones”, afirmó la consejera de Presidencia en su intervención durante la conmemoración de este aniversario.
Según ha resaltado, en las Casas regionales “se dan la mano” la ayuda mutua, la preservación del espíritu regional, la cooperación entre paisanos y el cuidado de nuestra cultura, y ha puesto de ejemplo al propio centro de Baracaldo, creado en sus inicios con el fin de ayudar a todos los cántabros que por motivos de salud pasaron apuros económicos.
Ahora, ha afirmado Urrutia, la Casa de Cantabria en Baracaldo está dedicada a preservar, conservar y promocionar nuestra cultura “en el sentido más amplio”, y ha destacado la actividad de la bolera San Vicente con la que cuenta el centro desde hace 50 años, “un punto de encuentro y de reunión de amigos y familias”.
En este punto, ha valorado especialmente la labor de Antonio Dosal y del resto de miembros de la junta directiva de la Casa y les ha animado a promover y transmitir esta herencia a las nuevas generaciones. “Esto no puede parar, porque lleváis con vosotros el legado de vuestros antepasados cántabros, compartiéndolo con orgullo con Vizcaya”, ha concluido la consejera.
La Casa de Cantabria en Baracaldo se creó el 13 de julio de 1909, con el fin de implantar una cuota entre sus asociados para ayudar a los que por enfermedad no podían trabajar, dado que a comienzos del siglo XX no había cobertura asistencial ni sanitaria del Estado. Estos fines fundacionales se mantuvieron hasta 1975, tras lo cual se modificaron sus objetivos con un marcado carácter lúdico y cultural, y sus bienes fueron entregados a la entonces Diputación Provincial de Santander.
Durante sus 115 años de historia, ha conocido diferentes sedes sociales y actualmente dispone en propiedad de un local de unos 160 metros cuadrados. Entre sus actividades destacan la celebración de la Semana Cultural en honor a la Bien Aparecida, conciertos, junto a presentaciones de libros y conferencias.
