REVILLA Y GOROSTIAGA ASISTIERON AL HOMENAJE ‘MUJERES DE ALLá Y ACá: CáNTABRAS EN EL MUNDO’

El Gobierno reconoce la “valentía” de las mujeres que emigraron de Cantabria para buscar un futuro mejor

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y la vicepresidenta, Dolores Gorostiaga, asistieron al acto ‘Mujeres de allá y acá: cántabras en el mundo’, con el que el Gobierno, a través de la Dirección General de la Mujer, conmemoró el 8 de marzo, ‘Día Internacional de las Mujeres’. Este acto trató de homenajear a mujeres que, por diversas circunstancias, se vieron obligadas a abandonar Cantabria en busca de un futuro mejor para sí mismas y para sus familias. Tras un proceso de selección en el que los ciudadanos y ciudadanas de Cantabria han presentado candidaturas, cinco mujeres fueron homenajeadas.
El Gobierno reconoce la “valentía” de las mujeres que emigraron de Cantabria para buscar un futuro mejor
Un momento del homenaje.
Un momento del homenaje.

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y la vicepresidenta, Dolores Gorostiaga, asistieron al acto ‘Mujeres de allá y acá: cántabras en el mundo’, con el que el Gobierno, a través de la Dirección General de la Mujer, conmemoró el 8 de marzo, ‘Día Internacional de las Mujeres’. Este acto trató de homenajear a mujeres que, por diversas circunstancias, se vieron obligadas a abandonar Cantabria en busca de un futuro mejor para sí mismas y para sus familias. Tras un proceso de selección en el que los ciudadanos y ciudadanas de Cantabria han presentado candidaturas, cinco mujeres fueron homenajeadas.

La gala, a la que asistieron 1.500 personas que llenaron la Sala Argenta del Palacio de Festivales, comenzó con el homenaje y entrega de los premios a cuatro de las mujeres ganadoras, a cargo del presidente de Cantabria, de la vicepresidenta del Gobierno, la directora general de la Mujer, Ana Isabel Méndez, y del presidente del Parlamento, Miguel Ángel Palacio. En el acto estuvieron también presentes la presidenta del Consejo de la Mujer, Rosa Juárez, y los consejeros de Sanidad, Luís María Truan; de Educación, Rosa Eva Díaz Tezanos; y de Obras Públicas, Ordenación del Territorio, Vivienda y Urbanismo, José María Mazón.
Tras la entrega de premios a las homenajeadas, actuó la cantante Luz Casal, una mujer que, para la vicepresidenta, es “ejemplo de valentía, de lucha contra la adversidad”.
El homenaje a las mujeres que organiza la Dirección General de la Mujer tuvo, como en años anteriores, una “espectacular acogida”, con 34 candidaturas presentadas, y “se ha convertido ya en una cita obligada y esperada”.
Este año, tal y como señaló Gorostiaga, se ha rendido homenaje a “mujeres que han conseguido sacar adelante a los suyos, desde la lejanía, y han conseguido materializar sus proyectos de vida en tiempos difíciles”. Se trata, añadió, de “mujeres luchadoras, que encarnan el esfuerzo, la dura experiencia de mujeres que se vieron obligadas a abandonar su tierra y sus gentes en busca de una vida mejor”.
Con este acto, el Gobierno quiere “reconocer la valentía de las mujeres” en la persona de las homenajeadas que, explica, “simbolizan la de muchas otras mujeres anónimas que, cada día, son el pilar fundamental sobre el que pivota su familia”. La gala puso fin a la programación de este año del Día Internacional de las Mujeres, “un día en el que las mujeres debemos alzar la voz, en el que tenemos que unirnos y hacernos oír y un poco más visibles”, afirmó Dolores Gorostiaga. Ese es “mi empeño personal, en el que nos hemos esforzado desde el Gobierno en los últimos años, para situar a las políticas de igualdad en la primera línea de la agenda pública”, aseguró la vicepresidenta.


Las homenajeadas
Maria Luisa Celís Sánchez –presentada la candidatura por su hija–, nació en 1937, en la Acebosa, San Vicente de la Barquera, pocos días antes que su padre fuera condenado a ingresar en prisión por sus ideas políticas de izquierdas. En 1964, como consecuencia de las escasas posibilidades de ganarse la vida en España, deciden que Pedro, su marido, emigre a Holanda, como en aquella época hacían muchos españoles. Para ese momento ya tenían dos hijas y a punto de nacer la tercera.
Enseguida, su marido acusa la soledad y la añoranza de su familia y comienza a tener problemas de salud. Por otro lado, la madre de Maria Luisa enferma y, al no tener cobertura sanitaria, ellas tienen que costear las caras atenciones médicas, lo que pone en grave situación económica a la familia. Por todo ello, y muy a su pesar, en 1968 decide irse ella también a trabajar a Holanda, dejando a sus tres hijas a cargo de la familia en España.

Concepción Illerías Güemes –presentada por Nieves Gutiérrez, presidenta de la Asociación Mujeres de los Pueblos–. Emigró en 1966, junto a su marido, a Alemania, llevándose a sus hijos de 3 y 6 años, en busca de un futuro mejor. Fueron unos años muy duros y muchas veces pensaron en volver, aunque aguantaron hasta que sus hijos terminaran sus estudios en Alemania. Una vez que el marido de Concha se jubiló, la tierra les tiraba demasiado y era momento de descansar. Volvieron a España en el año 1993.

Clara Sierra Pereda, a quien presentan sus hijos, nace en Santander en 1934. Tras duros reveses de la vida, sola y sin más salida, decide marcharse a Alemania con un contrato debajo del brazo para trabajar en una empresa de productos lácteos, pero sus hijos quedan en España al cuidado de su suegra. Llega allí en el año 1962 en plena explosión de la emigración española. Años más tarde conocía allí a una persona, Salvatore, otro emigrante italiano, y tiempo más tarde se casaban. Los hijos de Clara se reúnen con su madre en Alemania, formando una familia unida, y años más tarde el nuevo matrimonio tiene más hijos. Tras 25 años en Alemania, hace ya de ello 21 años, deciden volver a España. Sus hijos mayores lo habían hecho con anterioridad.

María Cecilia Cano Llanillo –a quien ha presentado un familiar por parte de su madre, Eustolia Llanillo– nace en el año 1947 y a los dos años se queda huérfana de padre. Esto provocó la separación de la familia. A su hermano, Juan José, se lo llevan unos tíos a Veracruz, México. Pasan los años y terminados sus estudios primarios, con 18 años, se va a Barcelona y allí trabaja y estudia Secretariado en Francés. De Barcelona se va a Madrid, y estando en la capital, recibe la noticia que su hermano le envía un pasaje para irse a México con él.
Se va a México en 1971 y un año más tarde conoce a Rolando Quintanar, con quien mantiene un corto noviazgo, pero vuelve a España, y en 1972 y por poderes, se casa en Cóbreces. Cuatro meses más tarde regresa a México a iniciar una nueva vida.
En 1991 su salud está tan delicada que deciden enviarla a España, a su tierra Cantabria, a recuperarse. Después de este tiempo, que le sirve para reencontrarse con sus gentes, sus paisajes y sus recuerdos, tiene que volver a México. En 1996 fallece su marido, y entonces comienza a trabajar de bordadora en la televisión azteca. El exceso de trabajo le causa lesiones en una mano, pero sigue trabajando para no agravar la situación económica de la familia. Con ayuda del Consulado y de la familia en España, regresa a su país en calidad de emigrante retornado, para someterse a tratamiento médico.
Cobrando una pensión de viuda que le llega de México y el cuidado de personas mayores, subsiste hasta el momento actual, pero su corazón está en su otra tierra de acogida, México, donde residen sus hijos.