EL NÚMERO DE ASTURIANOS EN EL CERA CRECIÓ CASI UN 40% EN LOS ÚLTIMOS OCHO AÑOS

La emigración asturiana suma 21.000 nuevos electores desde el año 2002

El número de asturianos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) creció casi un 40% en los últimos ocho años al ganar más de 21.000 inscritos, de los que más de 5.000 se registraron sólo en 2009, justo cuando entró en vigor la Ley de Memoria Histórica, que permite a los descendientes de emigrantes obtener la nacionalidad española.
La emigración asturiana suma 21.000 nuevos electores desde el año 2002
 El líder de la Federación Socialista Asturiana, Javier Fernández, contrario al recorte del voto emigrante.
El líder de la Federación Socialista Asturiana, Javier Fernández, contrario al recorte del voto emigrante.

El número de asturianos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) creció casi un 40% en los últimos ocho años al ganar más de 21.000 inscritos, de los que más de 5.000 se registraron sólo en 2009, justo cuando entró en vigor la Ley de Memoria Histórica, que permite a los descendientes de emigrantes obtener la nacionalidad española. 

 

El Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) sumaba, a 1 de marzo del 2010, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, un total de 76.474 asturianos inscritos, un 38,6% más que en 2002 y acumula un crecimiento ya de casi un 9% con respecto al año pasado. Y, desde el pasado agosto, registra medio millar de inscritos más cada mes. De hecho, desde enero de 2009, con la vía para obtener la nacionalidad ya vigente, se registraron 6.251 emigrantes con derecho a voto más.
El aluvión de nuevas peticiones de nacionalidad es continuo desde entonces y, por ejemplo, en abril el censo crecía en 626 personas, el máximo registrado hasta ahora. Buena parte de esas peticiones proceden de Cuba, Argentina y México, siendo estos dos últimos los países que mantienen las colonias asturianas más numerosas junto con Bélgica.
De celebrarse hoy elecciones, representarían el 7,7% del electorado asturiano, que en marzo era de 983.232 personas, 638 más que en 2002 pese a que el censo de quienes residen en Asturias perdió en esos ocho años casi 20.700 votantes.
Mientras, el debate sobre el voto exterior, enmarcado en la reforma de la ley Electoral, sigue abierto. Y, mientras la Federación Socialista Asturiana reiteraba su apoyo a que los emigrantes preserven su derecho a participar en los comicios electorales, la subcomisión del Congreso de los Diputados que se encarga de esta reforma decidía suspender la reunión prevista para la semana pasada, en la que, entre otros asuntos, se iba a decidir sobre el sufragio de los inscritos en el CERA.
Uno de los motivos por los que se ha podido posponer este encuentro hasta junio es precisamente que federaciones socialistas como la asturiana mantienen una postura contraria a la dirección nacional respecto a limitar el voto exterior pese a la mayoritaria protesta generada entre quienes residen en el extranjero.
“No estamos en la idea de que un derecho político pueda ser retirado y mucho menos teniendo en cuenta que son personas con nacionalidad española. Son españoles y asturianos a todos los efectos y hay que mantener ese derecho”, indicó el secretario general de la FSA-PSOE, Javier Fernández.
También en IU se oponen a esta medida propuesta por PSOE y PP a nivel nacional. Gaspar Llamazares, ponente en esa subcomisión, mostró su “oposición frontal” a recortar derechos fundamentales de los emigrantes y decía que el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior lo ve “inconstitucional”.
Así las cosas, la presión de los socialistas en las comunidades con más peso de la emigración ha obligado a la dirección nacional del PSOE a dar marcha atrás en su propuesta.
Ante el mutismo de la subcomisión en el Congreso que negocia la reforma electoral, el Gobierno de Zapatero ha movido ficha. Y lo ha hecho para manifestarse a favor de mantener el derecho de sufragio de la diáspora en las elecciones autonómicas y en las generales, tanto para el Senado como para el Congreso. O lo que es lo mismo, finalmente, el veto a la emigración sólo afectará a los comicios locales porque, según apuntaron desde la Vicepresidencia del Gobierno, “no parece razonable que en aquellos municipios con más emigrantes que residentes, el color político de un ayuntamiento lo determine el voto del exterior”.