LOS EMIGRANTES TEMEN QUEDAR RELEGADOS SI SE LES QUITA EL DERECHO A VOTAR

Los asturianos en Latinoamérica rechazan el recorte del sufragio

República Dominicana, Panamá, México o Cuba. En cualquiera de estos países donde se habla con un asturiano y se les pregunta por el cambio de la ley que puede restringir el voto del emigrante, el rechazo es unánime. No importa el nivel social ni los años que llevan fuera del país. Todos repiten lo mismo.
Los asturianos en Latinoamérica rechazan el recorte del sufragio
 Vicente Álvarez Areces, durante su última visita institucional a Latinoamérica.
Vicente Álvarez Areces, durante su última visita institucional a Latinoamérica.

República Dominicana, Panamá, México o Cuba. En cualquiera de estos países donde se habla con un asturiano y se les pregunta por el cambio de la ley que puede restringir el voto del emigrante, el rechazo es unánime. No importa el nivel social ni los años que llevan fuera del país. Todos repiten lo mismo. 

 

A pesar de que todo parece indicar que el voto municipal quedará restringido, la colonia asturiana considera el sufragio un derecho; en algunos casos, una defensa de sus negocios, y restarles la posibilidad de elegir es para ellos una marginación y una desvinculación de su tierra.
“Es alejarnos cada día más, nos desplazan y es una falta de respeto”, manifestó Agueda González, de 81 años, en República Dominicana. “Vamos a Asturias y gastamos nuestro dinero allí, así que tenemos que tener los mismos derechos”, reivindicó Luis María Cuevas, de Infiesto, 54 años residiendo en Santo Domingo.
Una opinión similar la tiene Armonía Fidalgo, de Avilés, 40 años en Panamá. “Soy española, debemos tener ese derecho, de lo contrario nos alejan”, afirma. Sin embargo, su hijo, Cristian Navarro, ya opina diferente: “La gente que vive allí debe ser quien decida”.
Todo lo contrario afirma Marilis Rodríguez, de San Pelayo, un pueblo de Villayón, que lleva desde 1962 residiendo en Panamá. “Tienen que dejar que sigamos participando, de lo contrario nos desvinculan de Asturias”, asegura.
En México, Manuel Arias, de Teverga y con 51 años viviendo en el país azteca, exige su derecho aunque él no vota: “Somos españoles y debemos tener el mismo derecho que cualquier español, si nos lo quitan, estaremos relegados”.
César Noval, natural de Oviedo, reclama que dejen votar “a los nacidos allá, por lo menos, quien tiene la nacionalidad tiene que tener los mismos derechos en cualquier lado”. A su juicio, restar ese derecho supone “crear españoles de diferentes categorías2.
Juan Luis López, de Cabrales, recuerda que los españoles que están fuera “pagan impuestos en España, adquieren bienes con la mentalidad de volver y, por tanto, contribuimos a la economía del país, debemos tener la misma categoría que cualquier ciudadano español y poder votar”.
En Cuba, Jorge Domingo Cuadriello, hijo de asturianos de Ponga, que nació en la Quinta Covadonga, ve las dos caras de la moneda: “Los que estamos lejos no estamos empapados en la vida interna del país y quizás no dirijamos correctamente el voto, pero impedir votar también lo veo discriminatorio y que margina a los que no residen de forma permanente allí”.
A su lado, Enrique Valledor, de Pola de Allande, ve el voto como la única forma de “mantener el vínculo y contacto directo con tu concejo, con tu país”.
Negarlo “es muy discriminatorio”, afirma, al tiempo que muestra su queja porque, dice, que a Cuba “siempre llega tarde, cuando nos envían los programas y candidaturas ya venció el plazo”.
Esta misma reclamación también la hizo María Antonia Marcos, a punto de cumplir 80 años. “Sólo he podido votar una vez porque llega siempre tarde, pido que lo manden con tiempo”, indica. Natural de Cangas de Onís, reivindica su derecho a votar. “Porque estamos lejos, pero sentimos la tierra en el corazón”.