“Siempre digo que no soy guitarrista, soy un profesor que toca la guitarra”, afirma

Reynier Mariño: “Soy un hijo del Centro Andaluz de La Habana, como todos los que tocamos flamenco”

Como prometió Reynier Mariño en la peña Tardes de Machín, regresó, este lunes 4 de noviembre, al Centro Andaluz de La Habana, en esta ocasión con más tiempo y calma para recorrer el lugar y conversar con su presidente, Isidro Jiménez, y la coordinadora general de Cultura y Relaciones Públicas, María de los Ángeles.
Reynier Mariño: “Soy un hijo del Centro Andaluz de La Habana, como todos los que tocamos flamenco”
Cuba-Reynier Mariño-Isidro Jimenez 2
Reynier Mariño e Isidro Jiménez en el Centro Andaluz de La Habana.

Momento propicio para intercambiar criterios, dar opiniones y contestar algunas preguntas que gentilmente respondió.

Pregunta. ¿Cómo fueron los inicios de Reynier Mariño?

Respuesta. Nací en una familia humilde, pero llena de cultura. Mi padre fue asistente de Dulce María Loynaz. Mi hermana Dianelis Mariño (cantaora de flamenco muy buena) y yo nos criamos entre Santos Suárez, nuestra casa natal, y la casa de Dulce María Loynaz. 

Luego, llegó la música a la edad de los 9 años en la escuela Manuel Saumell. Ya al finalizar el nivel medio mi primer trabajo oficial fue el ballet Lizt Alfonso, ahí empezó el flamenco en mí. 

Siempre digo que todo lo que soy se lo debo a mi padre y a Lizt Alfonso, sin ella hoy sería otra cosa, pero el flamenco no creo que hubiese sido mi camino. Así fueron mis inicios.

P. ¿Cómo combina el magisterio con la música?

R. Yo doy clases todos los días de mi vida de forma ‘online’ a todos mis alumnos de España cuando estoy fuera de España y de forma presencial cuando estoy ahí.

Además, imparto clases en universidades de Túnez, Rumanía, Uruguay, Alemania y en todas o casi todas las escuelas de música de Cuba. Es mi profesión. 

Yo siempre digo que no soy guitarrista, soy un profesor que toca la guitarra, por más famoso que me haga o haya hecho no es mi intención en la vida. Mi intención en la vida es educar, enseñar niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. Tengo alumnos desde los 4 años hasta Antonio, mi alumno expiloto, de 91 años. 

La guitarra no tiene edad. Amo la enseñanza y tengo alumnos por todas partes del mundo donde voy.

P. Lleva su arte por el mundo. ¿Qué consejos daría a los músicos que recién comienzan?

R. Que tengan paciencia, que los tiempos de Dios son perfectos. Que no lo hagan por éxito, que lo hagan por amor a la música. Si Dios y las energías quieren, triunfarás, sino tu mayor derrota puede ser el éxito (a mí me pasó). Hoy dejo todo en manos de Dios, del universo y del tiempo.

Mi mayor triunfo está en mis alumnos, ellos me quieren mucho y ese es el mejor aplauso, además ya tengo alumnos muy muy aventajados en muchas partes del planeta. Eso me hace feliz. Soy profesor de vocación.

P. Cómo describiría su regreso al Centro Andaluz de La Habana y a la peña Tardes de Machín que allí se realiza. 

R. Fue mágico. Los artistas que se presentan tienen una calidad increíble. Es muy variado: lírico, bolero, danza y el negro flamenco de Cuba con la compañía Nirvana Flamenco. Volver a casa siempre es lindo. Yo soy un hijo del Centro Andaluz de La Habana, como todos los que tocamos flamenco. Volver a casa emociona mucho.

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