Este acuerdo simboliza la unión de dos culturas que comparten profundas raíces

El pequeño municipio malagueño de Macharaviaya se hermana con las comunidades texanas de Socorro y San Elizario

En un acto lleno de emoción y significado, el pequeño municipio malagueño de Macharaviaya y las comunidades texanas de Socorro y San Elizario han firmado un hermanamiento que revive un legado histórico de más de dos siglos.

El pequeño municipio malagueño de Macharaviaya se hermana con las comunidades texanas de Socorro y San Elizario
Hermanamiento Macharaviaya-Texas 2
Un momento del acto de hermanamiento entre Macharaviayam con las localidades texanas de Socorro y San Elizario.

Este acuerdo simboliza la unión de dos culturas que comparten profundas raíces, forjadas en la época del virreinato de la Nueva España bajo la figura del célebre Bernardo de Gálvez.

Durante la visita oficial a Socorro, El Paso (Texas-Estados Unidos), el alcalde, Antonio Campos, recordó que los pasos de sus antepasados ya habían dejado huella en estas tierras. Este hermanamiento no solo es un tributo a la memoria histórica de los ‘macharatungos’ –habitantes originales de Macharaviaya–, sino también un compromiso para fortalecer los lazos culturales y sociales entre ambas regiones.

El acuerdo abre nuevas oportunidades de colaboración en turismo, educación y cultura, permitiendo que las futuras generaciones de ambos lados del Atlántico conozcan y aprecien la historia compartida. La firma del documento público de hermanamiento, organizada por la ‘Cultural Heritage Association’, es solo el comienzo de una serie de proyectos conjuntos que pondrán en valor las tradiciones locales y fortalecerán el sentido de pertenencia a una herencia común.

Con la presencia de la alcaldesa de Socorro, Ivy Abalos, y el cónsul general de México en El Paso, este hermanamiento resalta la importancia de la memoria histórica en la construcción de un futuro compartido. Macharaviaya, con su rica historia, busca internacionalizar su patrimonio y atraer a aquellos que deseen explorar estos profundos vínculos históricos.

Este histórico hermanamiento es más que un simple acuerdo formal; es una reafirmación de que, pese a la distancia geográfica, la historia y la cultura siguen siendo fuerzas poderosas que pueden unir a las comunidades, asegurando que las conexiones forjadas hace siglos continúen prosperando en los años por venir.