“Que este Centro esté de nuevo funcionando, es como abrir una ventana del alma andaluza en La Habana”

El escritor andaluz Antonio Manuel, en su regreso a Cuba: “El Centro Andaluz de La Habana es mi casa”

Antonio Manuel ha llegado a Cuba por segunda ocasión y, al igual que la primera vez, con el mismo propósito: investigar la presencia de Federico García Lorca en La Habana. Esto como gestión del contenido para un material audiovisual que podría estrenarse a fines de este año 2024 en la televisión pública de Andalucía.

El escritor andaluz Antonio Manuel, en su regreso a Cuba: “El Centro Andaluz de La Habana es mi casa”
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Antonino Manuel, durante su participación en las 'Tardes de Machín'.

Intelectual comprometido, Antonio Manuel es autor, entre otros libros, de dos títulos imprescindibles para entender el sustrato intercultural de su patria andaluza, ‘La huella morisca: el al-Ándalus que llevamos dentro’ (2010) y ‘Flamenco: arqueología de lo jondo’ (2018).

No más llegar, el escritor donó esos y otros libros suyos a la biblioteca María Zambrano del Centro Andaluz de La Habana (CALH), que desde hace poco menos de un año ha renacido con nuevos bríos culturales.

Allí asistió a la inauguración de la peña ‘Tardes de Machín’, que a partir de ahora se realizará mensualmente en el salón García Lorca de esa institución, sita en Paseo del Prado entre Neptuno y Virtudes. Esa peña es dirigida por María de los Ángeles Jiménez Ganuza, sobrina nieta de esa excelsa figura de la cancionística cubana y española.

Pregunta. ¿Cómo se sintió en el Centro Andaluz de La Habana?

Respuesta. El Centro Andaluz de La Habana es mi casa. Cruzar el umbral bajo la bandera de Andalucía; mirar a la derecha y encontrarte el salón García Lorca; subir una planta y encontrar un salón dedicado a Blas Infante con su obra dispuesta en anaqueles, así como la biblioteca María Zambrano, y ya más arriba, la terraza Rafael Alberti... todo ello me lleva a sentir que estoy en mi casa, pero sobre todo por vuestra disposición y cariño, vuestro afecto hacia mí.

Me he encontrado con mi familia al otro lado de esta calle de agua que nos une. El Centro Andaluz de La Habana es completamente necesario aquí en Cuba, porque la isla es una de las orillas del Caribe afroandaluz. O lo que es decir: no puede entenderse la identidad cubana sin Andalucía. Que este Centro esté de nuevo funcionando, es como abrir una ventana del alma andaluza en La Habana. En el fondo, andaluces y cubanos compartimos una misma alma.

P. En su visita al Centro presenció la inauguración de la peña cultural ‘Tardes de Machín’. ¿Qué impresión le causó la misma?

R. Yo crecí con la música de Antonio Machín como si fuese la banda sonora de mi infancia. Le encantaba a mi padre, le encantaba a mi madre, le cantábamos toda la familia. Así que vivir tan cerca un acto en memoria y recuerdo de Antonio Machín, además con descendientes directos del famosísimo cantante, fue un regalo inolvidable para mí. Sobre todo por mi padre, que ahora está perdiendo la memoria; sin embargo, no ha perdido el recuerdo, y cuando escucha a Antonio Machín, canta las canciones y se emociona. Y se emociona muchísimo y yo me emociono al verlo a él.

Cuando Antonio Machín cantaba “recuerdos de mi Andalucía que guardo en el corazón”, estaba hablando precisamente de eso: de que hay un recuerdo que habita en un lugar que está más profundo que la memoria. Puedes perder la memoria, pero no el recuerdo. La sensibilidad de haber vivido en otro tiempo, esa sensación fue lo que viví en vuestro acto homenaje a Antonio Machín.

P. ¿Que planes futuros le esperan a Antonio Manuel?

R. Más que futuro, mi plan es presente. Mi presente es seguir entregándome en cuerpo y alma a la defensa y la reivindicación de la memoria universal de Andalucía. En eso voy a trabajar hasta que me muera.

Creo que Andalucía y Cuba, que son pueblos hermanos, tienen que conocerse mejor; tienen que conocer su intrahistoria, esa memoria que ha sido amputada de los libros, y darse cuenta de que no obedece a la casualidad de que Cuba tenga ese emparentamiento identitario con Andalucía. Y Andalucía también tiene que darse cuenta. 

Esa es la lucha en la que he empeñado media vida y en la que seguiré dejándome la piel hasta que me muera.

P. ¿Volverá a Cuba?

R. Ojalá. Como decía Federico: si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba. Si eso fuese un manifiesto, yo lo suscribo ya. Si no estoy en Andalucía, espero estar en Cuba. Me encantaría poder regresar porque entiendo que hay muchas vetas de investigación que están abiertas, de par en par, para que aprendamos a ver quiénes somos. Así, el emparentamiento entre la musica tradicional cubana y la andaluza, especialmente, el flamenco, es de una evidencia espectacular.

La religiosidad popular cubana es prácticamente la misma que la andaluza. Compartimos unos marcadores identitarios que son como espejos. Me encantaría poder regresar a Cuba para poderlos sentir, para poderlos investigar y plasmar mis vivencias en papel.

Me encantaría dictar una conferencia en Cuba. Uno de mis sueños es ese: si Federico disertó aquí sobre la “arquitectura del cante jondo”, me encantaría poder realizar la “arqueología de lo jondo”, tal y como la abordo en mis libros.

Lorca habló de la tierra hacia arriba, a mí me encantaría hablar de la tierra hacia abajo. Porque en el fondo cualquier árbol, como puede ser la identidad andaluza-cubana, no es solo las ramas que se ven, sino también las raíces que no se ven. Para entender esto en su totalidad hay que hablar de lo visible y de lo invisible. Me encantaría poder regresar a Cuba y dictar esa conferencia. Si puede ser en el Centro Andaluz de La Habana, que es mi casa, sería mucho mejor.