La cantaora sevillana de flamenco actuó recientemente en la Peña Cultural ‘Tardes de Machín’

Ana Ambrosio: “Tengo un trozo de corazón en el Centro Andaluz de La Habana y mi alma esparcida por cada rincón de esta tierra”

Ana Belén Ambrosio Pérez, de nacimiento; Ana Ambrosio, de nombre artístico. Nació en Sevilla y es la más joven de cinco hermanos. Canta desde que tiene memoria, amenizando fiestas y verbenas desde muy temprana edad. De sangre gitana por parte de padre lleva el flamenco en las venas, defendiéndolo y difundiéndolo por donde quiera que pasa.
Ana Ambrosio: “Tengo un trozo de corazón en el Centro Andaluz de La Habana y mi alma esparcida por cada rincón de esta tierra”
Ana Ambrosio 2
Ana Ambrosio en las calles de La Habana.

Y luego de su magistral actuación en la Peña Cultural ‘Tardes de Machín’, del Centro Andaluz de La Habana, concedió una entrevista que nos permite acercarnos más a esta cantaora y bailaora sevillana. 

Pregunta. ¿Cómo y dónde comenzó su carrera artística?

Respuesta. No recuerdo exactamente el día que empecé a cantar. Yo creo que cantaba ya desde que estaba en el vientre de mi madre. Desde pequeña tengo grabaciones cantando por la casa. A muy temprana edad ya me llamaban desde el Ayuntamiento para cantar en la feria del pueblo y también aprendí mucho en el coro de la Iglesia. Después me ofrecieron participar en diferentes proyectos flamencos y grabar algunas canciones. Todo eso me llevó a adquirir experiencia y poder dedicarme a ello. 

P. ¿Por qué el flamenco?

R. El flamenco para mí es más que música. Es un modo de vida. Soy de Sevilla y en Sevilla se escucha flamenco y sevillanas por todos los rincones. Lo he adquirido desde pequeña. Las alegrías y las penas yo las canto. Es como una terapia donde suelto todo lo que llevo dentro. Creo que sin el flamenco no podría vivir. Me ahogaría. 

P. ¿Tiene alguna influencia de otros artistas del género? ¿De cuáles y por qué?

R. Todo lo que sé se lo debo a los artistas que han creado las joyas flamencas que hoy en día tenemos. Todos nos inspiramos unos de otros. Esa es la riqueza de la música. No es algo cerrado, al contrario, es un tesoro que debemos compartir y hacer nuestras las canciones para que puedan decir algo.

El artista flamenco que más me gusta es Israel Fernández. Me parece el cantaor más completo de estos momentos. Reúne todos los requisitos que para mí debe tener el flamenco: sabiduría, conocimiento, creatividad y, por supuesto, arte. Él tiene un conocimiento amplísimo del flamenco. Él es el manantial en el que bebo para seguir aprendiendo. Una vez que se tiene ese conocimiento, puedes crear cosas nuevas a partir de lo ya creado. 

Luego también tengo influencias de cantaores más antiguos como Farina, Niña de Los Peines, Caracol, Parrita, Camarón; más actuales como Argentina, Arcángel, Miguel Poveda y también de maestras de la copla como Isabel Pantoja y Rocío Jurado, de las cuales me gusta recoger sus canciones y hacerlas por bulerías. ‘Aflamencarlas’.

P. ¿Cuál es su mayor reto o desafío al cantar? 

R. No me marco retos ni desafíos. Yo canto sólo lo que llevo dentro. No puedo cantar algo que no siento porque entonces no lo transmito, y como decía el maestro Camarón: el flamenco es transmitir. 

Tienes que cantar con verdad, sino no es flamenco. Así que no tengo retos. Canto lo que soy y llevo dentro.

P. ¿Cuántas veces ha visitado Cuba y qué recuerdos se lleva de esta visita?

R. Esta es la primera vez que vengo a Cuba. Y me llevo el calor de un pueblo de gente buena, luchadora, humilde y sencilla. Me recuerda al pueblo gitano, al que tengo la suerte de pertenecer por parte de la familia de mi padre. 

Me llevo la acogida inmensa del Centro Andaluz de La Habana, el respeto, la generosidad, las voces de las mujeres cantando boleros, no sé, son muchas cosas que se van a quedar en mi recuerdo eternamente. 

P. ¿Cómo define su experiencia de compartir el escenario con el Grupo Flamenco ‘Entre dos aguas’ en la Peña Cultural ‘Tardes de Machín’ en el Centro Andaluz de La Habana el pasado 6 de julio? 

R. De las mejores experiencias de mi vida. Son un grupo de profesionales increíbles. Tienen muchísimo talento todos y cada uno de ellos. Pero lo más importante, forman un grupo humano inmejorable. Se han convertido en grandes amigos y me siento tremendamente honrada de que me hayan hecho partícipe de su arte. En ellos está la mejor demostración de arte y con ellos se puede decir que el flamenco es patrimonio de la humanidad y no tiene fronteras. No hace falta ser andaluz para hacer flamenco y ellos lo demuestran con un carisma increíble. Los admiro muchísimo y creo que van a llegar muy lejos. 

P. ¿Otros proyectos por realizar?

R. No tengo grandes metas ni proyectos. Lo mío es cantar en cualquier parte, ya sea en la esquina de mi casa o en el teatro más importante del mundo. Eso no me importa. Yo solo quiero transmitir lo que llevo dentro y si con eso hago feliz a los demás, entonces ya tengo todas mis metas ganadas. 

P. Los cubanos ¿la veremos de nuevo?

R. Tengo aquí a mis amigos de ‘Entre dos aguas’, tengo un trozo de corazón en el Centro Andaluz de La Habana y mi alma esparcida por cada rincón de esta tierra. Si Dios quiere estaré siempre que me necesitéis. Eternamente agradecida.