Opinión

Jueces

Si tratásemos a los políticos como estos días la opinión pública (porque ha sido atizada por la opinión publicada) ha tratado al juez Rafael Tirado, no habría un gobernante fuera de la cárcel. Los políticos decretan las leyes y dan orden de su cumplimiento, y son los ‘responsables políticos’ de su ejecución, pero no la van ejecutando personalmente por el país.
Si tratásemos a los políticos como estos días la opinión pública (porque ha sido atizada por la opinión publicada) ha tratado al juez Rafael Tirado, no habría un gobernante fuera de la cárcel. Los políticos decretan las leyes y dan orden de su cumplimiento, y son los ‘responsables políticos’ de su ejecución, pero no la van ejecutando personalmente por el país. Un juez emite sentencias (por desgracia para la diligencia judicial, miles de ellas al año) pero sólo faltaría que tuviera que comprobar su ejecución. El asunto es más complejo que este linchamiento en el llamado caso Mari Luz, que lo que pone de manifiesto es el fallo del sistema, no el error de una persona. Los sistemas judiciales deben diseñarse para evitar que un simple error –característico de la bajísima profesionalidad del trabajador medio de España, en cualquier campo laboral– acabe en una catástrofe humana como ésta, una entre millones de sentencias. Al margen del drama humano de la familia, me resulta realmente desagradable la crítica contra generalizada de los servicios públicos cuando procede de personas que no están dispuestas a participar solidariamente de su financiación y estabilidad, desde los que escamotean impuestos hasta los que colapsan un sercvicio de urgencias por un simple catarro. Mantener un sistema de servicios públicos es tan necesario como carísimo, pero es responsabilidad de todos desprenderse de una parte de nosotros para entregarla a un fondo común y solidario.