Opinión

Cortinas

Es cierto que los hombres, como todos los humanos, no somos capaces de hacer dos cosas a la vez, y posiblemente por eso los políticos y sus periódicos lanzan cortinas mediáticas que tapan otra noticia. Unos se afanan en analizar el plan del Gobierno sobre la prioridad del esposo o la esposa al dar el apellido a su descendencia, cuestión nimia en comparación con la debacle del empleo decente en todo el Estado español.
Es cierto que los hombres, como todos los humanos, no somos capaces de hacer dos cosas a la vez, y posiblemente por eso los políticos y sus periódicos lanzan cortinas mediáticas que tapan otra noticia. Unos se afanan en analizar el plan del Gobierno sobre la prioridad del esposo o la esposa al dar el apellido a su descendencia, cuestión nimia en comparación con la debacle del empleo decente en todo el Estado español. Otros se empeñan en vendernos la visita del Papa como si fueran los Rolling Stones, aunque este tipo haya protegido a delincuentes de su organización, que son los curas acusados de abusos sexuales. Pero entre unos con los apellidos y otros con el iluminado, pasa por alto una calculada operación mundial de ventas de armas. España ha firmado la mayor venta bélica de toda su historia, de 3.000 millones de euros; y EEUU ha acordado el mayor contrato de la historia de la humanidad, de 60.000 millones de dólares. Cómo se puede relegar esto a páginas de segunda fila, me pregunto. En ambos casos la venta se hace a Arabia Saudí, un país en el que no existe ningún rasgo de soberanía popular o de dignidad para las mujeres, pero nos dicen que es un país amigo y a otra cosa, mariposa. Un periódico español, conocido por sus mentiras sobre lo que llama “las tiranías latinoamericanas”, escribe sobre el contrato español con alabanzas al Ejecutivo saudí, y describe como “líder”, “ministro” o, directamente “príncipe” al dictador asiático. “No es para menos”, dice el periodista, que le reciban el rey y el presidente de España.