Opinión

Coincidencias

Resulta pavoroso ver cómo están matando, también estos días, en Honduras a periodistas y a personas relacionadas con el depuesto gobierno de Zelaya, reemplazado por un golpe de Estado cuyos promotores disfrazaron la operación con unas elecciones a la medida. Lo cierto es que el presidente agredido no ha podido volver adónde debía, y punto.
Resulta pavoroso ver cómo están matando, también estos días, en Honduras a periodistas y a personas relacionadas con el depuesto gobierno de Zelaya, reemplazado por un golpe de Estado cuyos promotores disfrazaron la operación con unas elecciones a la medida. Lo cierto es que el presidente agredido no ha podido volver adónde debía, y punto. Pero lo pavoroso no es que esto suceda porque estos sucesos son muy habituales en América Latina, especialmente –exclusivamente– en aquellos países en los que Estados Unidos puede perder capacidad de presión o de hacer negocio con las multinacionales. Qué maldita coincidencia. Lo pavoroso es que ningún gran medio de comunicación español se preocupa un carajo por estos crímenes y ningún lector echa en falta estas noticias aunque esos medios sí dedican páginas al suicidio de un preso cubano como si fuera una hecatombe. Hay que enterarse por medios pequeños y poco subvencionados de los crímenes que se producen en los países ‘amigos’ mientras nos machacan con hechos comparativamente ínfimos cuando se producen en los países ‘enemigos’. Me refiero a amigos y enemigos de ‘nuestro’ mercado, no de las democracias o las libertades. Cada día me creo menos que los españoles estemos engañados por los medios respecto a todas estas malditas coincidencias sobre Latinoamérica. Empiezo a convencerme de que la mayoría sabe qué sucede pero le resulta más rentable hacerse el ignorante y seguir la corriente. Cada día soy más cubano.