Opinión

Cocina Gallega

Aunque sigo con la sana costumbre de atesorar libros en mi biblioteca, leerlos, releerlos, comentarlos, citarlos, no dejo de utilizar la alternativa de navegar por Internet en busca de alguna perlita también para compartir, especialmente en mis programas de radio. En una de esas búsquedas sin rumbo di con el sitio Flourish Over 50 que publica una lista de alternativas a la pregunta ¿Qué es lo más sano para comer según el estado de ánimo? Dicen que cada comida produce un efecto distinto a nivel cerebral. Esto significa, entonces, que muchas veces se puede intentar comer algo para producir un efecto determinado. Un ejemplo común que ilustra este hecho es el de comer chocolate cuando uno está triste, y convertirse en gordo que sigue estando triste. Generalmente, los alimentos que consume la gente para sentirse mejor no son los más recomendables desde un punto de vista nutritivo. Por ello en el sitio mencionado se dan recomendaciones más sanas a la hora de consumir alimentos para distintos estados de ánimo específicos. Por ejemplo, tristeza: Mientras que lo habitual es comer golosinas o chocolates sin medida, una mejor alternativa es probar frutas con alto contenido en fibras (como bananas o manzanas). También son una excelente idea las nueces y el lino. Todos estos alimentos funcionan como estimulantes de la serotina, un neurotransmisor cuya deficiencia en el cuerpo puede causar u tipo de depresión caracterizada por la tristeza, irritabilidad o estallidos agresivos, ansiedad, problemas de sueño y obsesiones. Pero si usted está enojado o ansioso, no haga como la mayoría, que come todo tipo de snacks, aunque la acción física al comerlos y masticarlos ayuda a que la persona se relaje. Lo más recomendado es buscar snacks a base de frutas o verduras como los de manzana o zanahoria. Si su problema es la soledad no busque compañía en alimentos con mucho contenido calórico o que llenen con facilidad. Las favoritas en este aspecto son las tortas, pero existen otras comidas más sanas que pueden ayudar. La autora del artículo, especialista en nutrición, recomienda yogurt, queso Cottage, apio, y en caso de una comida más importante, pavo. Como consejo extra sugiere un ejercicio. Asegura que pensar en recuerdos de comida vinculados a la infancia e ingerir los alimentos mencionados, puede llegar a dar mucha satisfacción y mejorar el estado de ánimo. Y esta última recomendación es la que me llamó la atención. Es indudable que los sabores y aromas entrañables, los de nuestra infancia, aquellos que tienen que ver con nuestra identidad, y dan sentido de pertenencia, son los que siempre nos harán compañía. Apelar a esos recuerdos nos abrigan no solo en la más intensa soledad, sino cuando estamos lejos de los seres queridos, nuestra tierra, la mesa común. Si a ello le añadimos la posibilidad de elaborar los platos que tantos buenos recuerdos nos traen, y nos reconfortan, seguramente nuestro estado de ánimo ha de mejorar. Nos vendrán ganas de compartir nuestra comida con paisanos para rememorar otros momentos alegres en el terruño, o con otros conocidos para ofrecerles con orgullo no disimulado los manjares de nuestra tradición culinaria. En cualquier caso, la gastronomía se convierte en cómplice para nadar acompañados en las apacibles aguas de nuestra cultura, para no sentirnos solos. En este punto me viene a la mente un poema de Rodolfo Alonso: “Lingua dos meus avós / que non falan meus fillos // ¿quén te fixo cal fonte / xurdir dentro de min? // Lingua que fuches, eres / sangue do sangue, terra // feita de homes, homes / do mar e a terra, lingua // corrente, nídia, escura / como o sol dunha sombra”. Tal vez porque el ingrediente de la lengua materna sea indispensable para que el clima de nuestra comida complete la sensación de sentirnos nuevamente en casa, abrigados por el fuego del hogar. En definitiva, la herencia cultural se mantiene más pura sometida a múltiples fusiones, propias de las migraciones, en la mesa que en los libros de historia, las placas de bronce, escudos de armas o banderas nacionales. Fue más sencillo para los países imperialistas o colonialistas someter naciones desde lo económico, ideológico y aun idiomático, que desde la gastronomía. Tal vez lo único importante que llevaron en la ruta de la derrota las tropas napoleónicas a Francia fueron los recetarios robados en el monasterio de Alcántara. Vamos a la cocina, porque, como afirma el dicho, por la boca muere el pez, y todo bicho que camina va a parar al asador.  


Lacón asado-Ingredientes: 1 lacón (paleta) fresco, 4 dientes de ajo, 1 rama de tomillo, 3 cucharadas de aceite, 50 grs. de manteca de cerdo, 1 cucharada de pimentón, 1 copa de coñac, castañas o papas.


Preparación: Adobar el día anterior el lacón con una mezcla de todos los ingredientes. Llevar al horno 180° 3 horas con la piel hacia abajo sobre una rejilla para que drene el jugo. Rociar con el coñac, dejar 15 minutos más, y dar vuelta, pinchar la piel para que suelte el líquido. Subir el fuego para que quede crocante. Acompañar con castañas asadas o papas que se pueden hacer en la última hora de cocción.