Opinión

Cocina Gallega

Después de las terribles inundaciones en las ciudades de Buenos Aires y La Plata, queda el regusto amargo de la impotencia ante las imágenes de miles de personas que lloran a sus muertos, y lamentan cómo el fruto de sus esfuerzos quedó reducido a un vacío trágico.

Después de las terribles inundaciones en las ciudades de Buenos Aires y La Plata, queda el regusto amargo de la impotencia ante las imágenes de miles de personas que lloran a sus muertos, y lamentan cómo el fruto de sus esfuerzos quedó reducido a un vacío trágico. Queda también el disgusto al ver cómo la clase política carece de las más elemental ética moral, y se abalanza cual ave carroñera sobre cualquier situación que pueda brindarle rédito electoral. Las horas que mediaron entre los temporales en la capital del país y la ciudad de las diagonales, dejó en evidencia a los más apresurados con declaraciones a todas luces desafortunadas y mal intencionadas. Sin embargo, lo más probable es que ocultos sus nombres en listas ‘sabana’ vuelvan a ser votados. En Europa, y España en particular, los dirigentes dan los mismos ejemplos bochornosos actuando de espaldas a la gente. Hasta miembros de la Casa Real, hombres y mujeres que por la Gracia de Dios, nacimiento o nupcias, no debieran tener la preocupación de los simples plebeyos por no perder la casa o el empleo, no dejan de caer en la tentación de estafar y corromperse para tener a disposición aún más dinero del que ya tienen por la simple razón de ser miembros de la nobleza. Nos quieren engañar, dar con queso. Néstor Luján asegura, citando el ‘Tesoro de la lengua castellana’, que este dicho español relacionado con la cocina significa “cebar a uno con alguna niñería, para cogerle como al ratón”. En el idioma coloquial de los argentinos tendría bastante sentido la definición al darle el sentido eufemístico corriente a uno de los términos, especialmente si, como indicaba Cortázar, se cambia la ‘g’ por la ‘j’. Pero otros investigadores entienden que el sentido actual de la frase indica la idea de usar distracción para engañar o conseguir algo sin que se percate el engañado, atraer, en definitiva, a una trampa. También se ajusta a la conducta de ciertos políticos en campaña pre-electoral. A mí me atrae otra explicación para entender el origen de la frase. Parece ser que en las zonas de viñedos en La Mancha, se agasajaba a los veedores o inspectores vinícolas con queso manchego en aceite, cuyo potente sabor embotaba el paladar del funcionario, que al catar los vinos era incapaz de distinguir el vino aguado o mezclado del puro. El día que se acabe la impunidad, que deben responder por sus engaños, dejaran de darnos con queso. Cuenta Don Álvaro Cunqueiro, en su imprescindible ‘Cocina Cristiana de Occidente’, la historia de un rey de los romanos que fue empeñado en Maguncia por los Siete Electores. Dice Don Álvaro que los Electores pasaron ocho meses y doce días comiendo, bebiendo y tratando de elegir Emperador. Elegido finalmente éste, los funcionarios se encontraron con que no tenían dinero para pagar sus deudas maguntinas, los barriles de vino y cerveza, los tocinos y pavipollos, y las tartas de manzanas. Para colmo, el Emperador electo estaba sin blanca, no tenía un cobre (de tan borrachos, los Electores no habrán pensado en la conveniencia de elegir un hombre rico). Los hosteleros y taberneros de Maguncia se amotinaron reclamando sus dineros, y los lectores acordaron ante la encrucijada, dejarles en prenda al mismísimo Emperador. Los acreedores eligieron un confiscado del Imperio, y se cobraron de las rentas de la Sacra Cesárea Majestad. Los Siete Electores habían comido, de ‘garrón’, dos mil cerdos, veintiséis mil gallos y gallinas, tres mil libras de manteca, seis mil de tocino, dos mil de truchas, ochocientos faisanes, ciento cuarenta corzos, dos mil corderos; el vino y la cerveza pasaban de dos mil barricas. Tanto comieron y bebieron que demoró seis meses el Emperador en desempeñarse, y los seis meses vivió a costa del obispo, comiendo olla podrida, truchas del Rhin y mantecados de las Clarisas, bebiendo el vino blanco episcopal de Maguncia. Claro que la poética del hijo de Mondoñedo viaja entre la realidad y la fantasía, y nunca se sabe cuánto de verdad hay en sus historias. Pero que bueno sería que los políticos, antes de comer a nuestra costa, pensaran que finalmente deberán pagar lo consumido o responder con su patrimonio personal por los errores cometidos. Y ya que comenzamos con refranes, hay uno que se ajusta: ‘comer de gorra’. En el ‘Vocabulario de refranes’ de Correa, se explica como “cuando uno se mete con buenas palabras, mejores modales, y la gorra en la mano a un banquete sin ser convidado”. En fin, que solo la naturaleza es sabia, y cuando habla los términos que usan los hombres carecen de sentido. Nuestra solidaridad con los damnificados en las inundaciones bonaerenses, y la esperanza de que los gobiernos, por una vez, estén a la altura de las circunstancias y le devuelvan al pueblo lo que es del pueblo.
Mantecados-Ingredientes: 5 huevos, 250 grs. de manteca, 250 grs. de azúcar, 350 grs. de harina, zumo de ½ limón, ralladura de limón, 25 grs. de levadura en polvo, 1 copa de anís.
Preparación: Mezclar la manteca blanda con el azúcar, el anís, el zumo y la ralladura de limón. Añadir los huevos, batir bien. Incorporar poco a poco la harina mezclada con el polvo de hornear y batir hasta obtener una masa espesa pero elástica. Poner en moldecitos de papel y llevar al horno 160° 20 minutos.