Opinión

Cocina Gallega

En uno de sus poemas, ‘Una ficción provincial’, Blake Morrison (traducción de Andrew Graham-Yooll) dice: “Estos campos palidecen con el mito/ de hijos sin fe que partieron al sur/ para estar con los elegantes de la ciudad”.// Todo se ha perdido por haberlos perdido: / faltan manos en las chacras/ y el bosque suena con el lamento de las sierras.// El médico dijo que quedan pocas esperanzas.

En uno de sus poemas, ‘Una ficción provincial’, Blake Morrison (traducción de Andrew Graham-Yooll) dice: “Estos campos palidecen con el mito/ de hijos sin fe que partieron al sur/ para estar con los elegantes de la ciudad”.// Todo se ha perdido por haberlos perdido: / faltan manos en las chacras/ y el bosque suena con el lamento de las sierras.// El médico dijo que quedan pocas esperanzas./ ¿Vendrás en estos días?/ Tu habitación está como siempre la tuviste.// El fuego en el hogar, el tapiz tobiano/ de las laderas bajo nubes entrecortadas,/ estas tierras tuvieron y a ellas no volverán”.
Los indianos volvían, a veces, disfrazados de “elegante citadino”, y se reinstalaban en su terruño como grandes propietarios dispuestos a ejercer su flamante título de ‘don’ y derecho de pernada si se daba la ocasión. Pero los emigrantes no volvieron, simplemente instalaron su patria allende los mares. Crearon una bandera, custodiaron el idioma, cantaron el nuevo himno y, generosos, dejaron que la Galicia autónoma gozara de una identidad preservada a costa de grandes sacrificios. Estos hombres y mujeres, al contrario de los hijos mencionados por el poeta inglés, no se fueron por falta de fe, sino por exceso de ella, por creer en las utopías y cultivar esperanzas. Cuando eventualmente regresan suelen encontrarse con miradas desconfiadas, furtivas siluetas detrás de las ventanas. Parientes en posesión de la heredad abandonada que intuyen en la visita un reclamo de propiedad, gente que tiene miedo al futuro y se encierra en los insignificantes límites de su feudo.
Leímos consternados que varios intelectuales y artistas habían creado una plataforma con la consigna ‘Si resides, decides’; la idea sería negar un derecho natural en un estado democrático: el derecho a voto. ¿Cuál es el miedo? Los emigrantes son una garantía para que Galicia sea Universal y no una Comunidad Autónoma de mínimo territorio encerrada tras el muro de la soberbia y la autosuficiencia. Es curioso, pero la mayoría de los retornados de origen gallego eligen otras Autonomías como Cataluña, Madrid, Valencia. Vuelven para buscar trabajo, el mismo motivo que obligó a sus mayores a emigrar, no para reclamar títulos ni mayorazgos. Muchos intelectuales siguen residiendo en obsoletas “torres de marfil” y pierden la oportunidad histórica de nutrirse con la rica experiencia de los paisanos que han peregrinado por el mundo y han sembrado y cosechado en tierras lejanas.
¿Qué voto decide quién gobernará? Ningún voto en particular sino la suma de todos. Así funciona el sistema. Gobierna el que cuenta con mayor adhesión popular, venga de donde venga el voto. Vale lo mismo el emitido en Coruña o Vigo que el ejercido en Buenos Aires o Caracas.
Intuimos que pocos piensan el fenómeno de la emigración masiva como una cuestión cultural, que sobrevivirá a los nativos de Galicia gracias al enorme trabajo realizado por millones de verdaderos embajadores que tuvo la patria gallega en todos los rincones del planeta en los últimos cien años. La mayoría cuenta votos, y en ese contexto, en dos generaciones los portadores de sangre gallega carecerán de valor para los funcionarios de turno. Serán extranjeros a los que no se tendrá en cuenta. La Galicia Universal (o Global, que poco importa la “denominación de origen”) ira disminuyendo como una gota de agua en el desierto, simplemente desaparecerá. Y entonces sí, nuestra patria será definitivamente pequeña, apéndice de Europa, fin de la tierra. ¡Celebrarán los miopes no tener que otear el horizonte como el envejecido Breogán a orillas del mar!
Habrá llegado el momento de no tercierizar las decisiones que tienen que ver con nuestro futuro en personas que no conocen nuestra realidad, de luchar directamente por nuestros derechos. Otros emigrantes, con Castelao a la cabeza, lucharon desde la diáspora por la libertad de una Galicia humillada, privada de identidad nacional. Tenemos el deber de defender la herencia cultural que pervive fuera de las fronteras de la Comunidad Autónoma, un patrimonio enorme que no amenaza el trabajo creativo de los artistas residentes en Galicia, sino que lo enriquece si se abren canales de información con doble mano que garanticen una verdadera integración y pluralismo, un genuino intercambio de conocimientos entre pares, que de eso se trata, gallegos, no ciudadanos de segunda o de primera de acuerdo al lugar de residencia.


Ingredientes-Merluza en escabeche rápici:1 Kg. de merluza/ 2 cebollas/ 3 zanahorias/ 4 dientes de ajo/ 1 vaso e aceite de oliva/ 2 vasos de vinagre de alcohol/ 1 vaso de vino blanco/ Pimienta en grano/ Pimentón / 3 idas de perejil picado/ 2 hojas de laurel/ Limón/ Harina/ Sal/ Pimienta


Preparación: Salpimentar el pescado cortado en postas y pasarlo por harina. Dorarlo en aceite cliente. Reservar en una fuente con el laurel, el jugo de limón y el perejil picado. Cortar las cebollas, las zanahorias en rodajas. Añadir los ajos enteros, y rehogar en aceite. Incorporar el pimentón, los granos de pimienta, aceite, el vinagre y el vino. Llevar al fuego y cuando levante hervor, dejar cocer 5 minutos y enfriar. Echar este escabeche sobre el pescado y dejar en la heladera por lo menos 24 horas. Servir a temperatura ambiente.

*Restaurante MORRIÑA se encuentra ubicado en el Barrio de Palermo, Bs. As., calle Zapata 301, esquina Matienzo (altura Av. Cabildo al 300) - Telf.: 4771-0190 / E-Mail: manuelcorralvide@infovía.com.ar <mailto:manuelcorralvide@infovía.com.ar>  / Sábados Show de Gaitas, Panderetas y Cantareiras.