Opinión

Cocina Galega

¿Sabes cuando oí por primera vez el tango ‘Mi Buenos Aires querido’?, en mi pueblo, por la radio.

¿Sabes cuando oí por primera vez el tango ‘Mi Buenos Aires querido’?, en mi pueblo, por la radio. Pero no todos los emigrantes de las primeras décadas del siglo XX habían oído una transmisión radial en su terruño; sólo algunos, gracias al novedoso medio de comunicación, sabían lo que pasaba en lugares remotos, conocían la música de otros pueblos, se emocionaban con un tango, una habanera, un bolero; voces ajenas los ayudaban a soñar ciudades tan fantásticas como el legendario El Dorado, aventuras y rápida fortuna, amores ‘larianos’ tan eternos como una ola marina.
Cuando finalmente llegaban a la tierra de acogida, en ocasiones con entornos extraños, a veces amigables, pero también hostiles, encontraban en los programas de radio de su colectividad voces reconocibles, música enxebre, y algunos diálogos o recitados en su lengua materna. Sentían, en tanto oyentes fieles, que no estaban aislados, que muchos otros como ellos se aferraban a su identidad, y la difundían orgullosos en el difuso y amplio territorio del éter.
Fue tanta la importancia de las emisiones radiofónicas en la diáspora, que por muchos años artistas e intelectuales de fuste afincados en Galicia, e impedidos de hablar en la Patria, se hicieron oír en los medios que los emigrantes habían creado y financiado en las principales ciudades. Hoy, los comunicadores radicados en Galicia Exterior, ni siquiera son tenidos en cuenta, salvo honrosas excepciones, por la prensa, radio y televisión de Galicia. Un error, porque una interacción creativa redundaría en beneficio de la cultura común, única, que nos distingue y hermana. Y aun fomentaría buenos negocios para todos, en ambas orillas, en la misma tierra.
La primera transmisión radiofónica en Galicia fue el 18 de diciembre de 1932 (en Argentina 5 años antes). No es casual que esta transmisión fuera anterior a la creación de emisoras de radio gallegas, y que realizada con medios precarios por la Compañía Telefónica, aunara Santiago y Buenos Aires, donde radio Splendid recibió detalles en directo para la colectividad de la celebración en la ciudad jacobea de la Asamblea de Concellos que iba a tratar el primer Estatuto de Autonomía.
Precisamente en la Reina del Plata, debuta el primer locutor gallego de la historia, Manuel Núñez Búa, cantor nacido en Marín en 1894, y fallecido en Buenos Aires en 1979. Se inicia como presentador radial este paisano en la mítica Radio Prieto, pasando luego a Radio del Pueblo con la audición ‘A  hora de Ibero-América’.
Para tener una idea de los alcances de la histórica transmisión de 1932, basta leer la crónica publicada unos días después en ‘El Correo de Galicia’: “En Buenos Aires, segundo noticias recibidas, os comercios galegos, os diarios arxentinos, e varias institucións montaron altavoces para escoita-las campás de Santiago e o Himno Galego. Fronte ó diario ‘Critica’, na Avenida de Maio, reuníronse arredor de cinco mil persoas. Ó escoitárense os primeiros acordes do Himno Galego, a moitedume descubriuse. A ovación foi indescritible. O grito de “¡Terra a nosa!” dito desde o micrófono foi contestado cum “¡Terra!” endexamais oido tan rexo. (…) Foi unha xornada de inigualada emocion para os galegos emigrados…”.
No es ocioso recordar que una noticia de gran importancia para los aficionados argentinos, como el resultado de la pelea en Estados Unidos entre Firpo y Dempseyn, llegó a Buenos Aires gracias a un ingenioso juego de señales luminosas entre el faro del Palacio Barolo y su gemelo en Montevideo. ¡Cuán lejos estaba Internet y la inmediatez de la televisión satelital!
Según Xosé-Luís Blanco Campaña, de cuyo libro ‘Radio e prensa na Galicia exterior’, recogimos la mayoría de los datos históricos para esta columna, el programa más emblemático es ‘Siempre en Galicia’, de la uruguaya Radio Carve. De todas maneras, también destaca que de 24 emisiones en América, 18 corresponden a Argentina.
Luis Seoane, a propósito de su experiencia radiofónica con el programa ‘Galicia Emigrante’ que se emitió por Radio Libertad desde 1954 hasta 1971, justificaba su elección de dicho medio diciendo que “a técnica radial ofrece ó publico resultados que o libro, a revista ou o diario, non poden abranguer con éxito total”. Sin duda, en un mundo pre-televisión, la radio era el medio masivo por excelencia.
Maruxa Boga, Fernando Iglesias ‘Tacholas’, entre los precursores; Luís de la Calle en una singular experiencia de intercomunicación entre las audiencias de Galicia y Argentina, junto a José Luis López Garra en el recordado ‘Sin distancias’. Iniesta, O muxo, Nadal, Rey, y tantos otros (¿incluyendo a este cocinero?) que en la actualidad siguen firmes frente al micrófono, serán parte de una historia necesaria.
¿Qué le espera a la prensa radial en la diáspora? Algunos proponen que las instituciones se unan para adquirir una emisora propia, semejante a lo hecho por la colectividad judía.
Otros piensan que hay que abandonar el tono melancólico, y crear programas modernos que reflejen la actualidad de Galicia y de la colectividad, ya compuesta por descendientes de aquellos emigrantes heroicos, sin descuidar la globalización de las noticias. Busquemos la manera de fomentar con éxito masivo la difusión de nuestra cultura a ambos márgenes del Atlántico, abramos las puertas: ya no somos una isla.


Ingredientes-Abadejo dorado: 1 Kg. de filete de abadejo/ 2 cebollas/ 1 vaso de vino blanco seco/ 1 cda. de vinagre/ Aceite de oliva/ 50 grs. de harina/ 2 hojas de laurel/ Azafrán/ Tomillo/ Sal/ Pimienta.


Preparación: Elaborar un adobo con 3 cdas de aceite, vinagre, vino, laurel, tomillo, sal, pimienta negra molida, y 1/2 taza de agua. Poner los filetes de abadejo en el adobo y dejar marinar unas 3 horas cubriendo con el líquido de vez en cuando. Retirar el pescado del adobo, escurrir bien, y pasarlo por la harina. Dorar en aceite bien caliente. Poner sobre papel absorbente y reservar. En una cazuela rehogar la cebolla picada. Cuando esté tierna añadir el liquido de la marinada, previamente colado, y dejar reducir 5 minutos. Mezclar el azafrán en un poco del líquido y añadir a la cazuela, remover y echar el pescado. Cocer 5 minutos para amalgamar sabores y servir acompañado de puré de papas o ensalada.