Lima conmemora el Aniversario del Bombardeo de Gernika

La Eusko Etxea de Lima, Perú, se ha sumado a la conmemoración mantenida por la Delegación de Euskadi en Chile y Perú, con motivo del 75º Aniversario del Bombardeo de Gernika, con un acto conmemorativo y una Declaración Institucional.
Lima conmemora el Aniversario del Bombardeo de Gernika
Jon Guarrochena, durante su intervención.
Jon Guarrochena, durante su intervención.
La Eusko Etxea de Lima, Perú, se ha sumado a la conmemoración mantenida por la Delegación de Euskadi en Chile y Perú, con motivo del 75º Aniversario del Bombardeo de Gernika, con un acto conmemorativo y una Declaración Institucional.
Hizo la presentación del acto el presidente de la colectividad, Raúl Noblecilla. La intervención central estuvo a cargo de Jon Guarrochena, sobreviviente del bombardeo, que, en primer lugar, dio lectura a la Declaración Institucional de Euskaletxea de Lima. Luego, narró lo que recuerda como experiencia propia y sobre todo por el relato de su madre y hermanas, ya que contaba entonces con tres años de edad.  Rememora los momentos terribles que pasaron al igual que los pobladores de Gernika y de las comarcas vecinas que habían acudido al tradicional Lunes de mercado. Huyeron en un burro, Jon cobijado en uno de los canastones colocados a modo de montura, que utilizaban para llevar la mercadería y traer las compras. Recuerda el estruendo de las bombas y el cielo enrojecido. Lograron salir del pueblo pero la angustia de su madre por ubicar a las hermanas.  Una de ellas,  María, de 18 años, se había refugiado en la casa del Conde de Arana que quedaba en lo que es el actual frontón de Gernika, en la que habían construido un refugio subterráneo, pues, la guerra estaba ya instalada en el País Vasco y varios pueblos habían sido bombardeados en las semanas previas, como Durango, Ochandiano, Marquina. La otra hermana, Celestina de 22 años, había logrado huir hacia Lumo, camino a su pueblo, Errigoiti.  El último Lunes de cada mes en Gernika se realizaba una feria de gran tradición, a la que concurrían habitantes de muchos pueblos de la región, llevando sus productos así como para adquirir los que se ofrecían en la feria. El día trágico había transcurrido sin novedad hasta que aproximadamente a las cinco de la tarde se escucharon los motores de los aviones de la Legión Cóndor, nombre de batalla de la aviación nazi y luego las explosiones. Se produjo una gran conmoción, y los pobladores, indefensos, tuvieron que buscar refugio y huir como podían. La destrucción fue grande. Se multiplicaron los incendios y las humaredas que hacían irrespirable el ambiente. El bombardeo duró todo el atardecer, con bombas incendiarias y ametrallamiento de la población. La mayoría de las casas incendiadas o demolidas, al igual que el ayuntamiento, la iglesia de San Juan, el convento de Santa Clara.  Al término de su exposición Jon Guarrochena respondió preguntas de los asistentes, siendo fuertemente aplaudido.
Días antes a la celebración de este acto, Monseñor Miguel Irízar obsequió a la Euskaletxea un cartel publicado por el Ayuntamiento de Gernika con motivo de la celebración del 50 aniversario del bombardeo, que ha sido colocado en uno de los ambientes del local institucional.