ACOMPAÑÓ AL GALARDONADO CON EL TÍTULO DE ‘EMIGRANTE DEL AÑO’ DEL REAL CLUB ESPAÑA DE MÉXICO

Victoria Cristóbal compartió emociones en México con el madrileño Fidel Domínguez

En un acto muy emotivo en Ciudad de México, la directora de la Agencia Madrileña para la Emigración de la Comunidad de Madrid, Victoria Cristóbal, alabó la trayectoria y la humanidad de Fidel Domínguez, nacido en Madrid en 1929 y elegido el emigrante del año por el Real Club España de México. “El emigrante es un traje que nunca he dejado de llevar”. Esta frase define a la perfección al hombre que el 11 de septiembre por la noche recibió el reconocimiento rodeado de familiares, amigos y socios de la entidad.
Victoria Cristóbal compartió emociones en México con el madrileño Fidel Domínguez
Fidel Domínguez, Victoria Cristóbal y José Luis Beato.
Fidel Domínguez, Victoria Cristóbal y José Luis Beato.

En un acto muy emotivo en Ciudad de México, la directora de la Agencia Madrileña para la Emigración de la Comunidad de Madrid, Victoria Cristóbal, alabó la trayectoria y la humanidad de Fidel Domínguez, nacido en Madrid en 1929 y elegido el emigrante del año por el Real Club España de México. “El emigrante es un traje que nunca he dejado de llevar”. Esta frase define a la perfección al hombre que el 11 de septiembre por la noche recibió el reconocimiento como emigrante del año por parte del Real Club España de México, rodeado de familiares, amigos y socios de la entidad.

 

Fidel Domínguez es el mayor de tres hermanos y vivió la guerra civil de niño. Se graduó como ingeniero químico y trabajó en la industria farmacéutica. Con un gran afán de superación y ganas de salir adelante, se fue a buscar trabajo fuera de España. 
En 1956 embarcó en La Coruña y tras hacer escala en New York, Miami y La Habana, llegó al puerto mexicano de Veracruz, donde una semana después conoció a la mujer con la que luego se casó y tuvo tres hijos.
Llegó a la Ciudad de México, donde trabajó en diversas industrias farmacéuticas. En 1961 fundó una fábrica de juntas y paquetes industriales. En 1970 ingresó al Real Club España y desde entonces no ha cejado en aportar su trabajo y entusiasmo a la asociación.
Fidel Domínguez ha estado siempre muy unido a la revista España, editada por el Club. Ha formado parte de la directiva durante años y ha participado activamente en obras teatrales y en los homenajes a los emigrantes del año.
Su biografía fue relatada en alto en el auditorio Miguel de Cervantes Saavedra, del Real Club España. El lugar estaba repleto. Lleno de amigos y de personalidades importantes, como el cónsul de España en México, Herminio Morales; la directora de la Agencia Madrileña para la Emigración de la Comunidad Autónoma de Madrid, Victoria Cristóbal; y el secretario xeral de Emigración de la Xunta de Galicia, Santiago Camba.
Tras el relato de su vida, llegó el momento al homenajeado de decir unas palabras.
“Lo más emocionante es ver juntos tantos amigos. A tantas personas con las que siempre tuve algo que tratar. Desde que llegué al Club España me sentí como en mi casa. Estoy con mis amigos”, fueron sus primeras frases.
En un ambiente acogedor marcado por la emoción, Fidel Domínguez dijo que la vida le ofreció una nueva oportunidad hace seis años, cuando le dio un infarto. “Gracias a un extraordinario doctor y a compañeros del Club, que me dieron parte de su sangre, es que hoy puedo recibir este homenaje. Gracias a los de ayer, a los de hoy, a los de siempre”.
Tras el mensaje, todo el auditorio se levantó de forma espontánea y le aplaudió por más de un minuto.
Antes de este capítulo, Victoria Cristóbal se dirigió al público para hablar de Fidel Domínguez.
“Es un motivo de orgullo y satisfacción estar aquí presente en este homenaje. A Fidel lo conozco desde que vine la primera vez a México, cuando se proyectaba la Casa de Madrid”, dijo.
La directora de la Agencia Madrileña para la Emigración relató que desde el primer momento, Fidel Domínguez le ayudó y puso muchas ganas al proyecto. Hoy, el destacado emigrante es vicepresidente fundador de la Casa de Madrid en México.
Refirió que desde la Comunidad de Madrid es complicado encontrar madrileños que destaquen, sobre todo porque muchos de ellos se han ido integrando a otras colectividades. “Desde que supe del premio tuve claro que era importante estar aquí a nivel institucional y humano. Os agradezco la calidez y os felicito. Es importante poner estos premios de manifiesto”, concluyó.
Otro de los momentos más entrañables del homenaje fue cuando una de las hijas del emigrante del año subió al escenario, donde leyó un poema dedicado a su padre.
A los discursos le siguieron mucho baile, música y fiesta.