AL ALMUERZO ASISTIERON MÁS DE 250 PERSONAS

La colectividad en Chile conmemoró la festividad de la Virgen de la Paloma

Como ya viene siendo tradicional, la colectividad madrileña en Chile celebró recientemente la festividad de la Virgen de la Paloma con una reunión llena de simbolismo al ofrecer un menú castizo, consistente en el típico ‘cocidito madrileño’ que hizo las delicias de los comensales.
La colectividad en Chile conmemoró la festividad de la Virgen de la Paloma
Como ya viene siendo tradicional, la colectividad madrileña en Chile celebró recientemente la festividad de la Virgen de la Paloma con una reunión llena de simbolismo al ofrecer un menú castizo, consistente en el típico ‘cocidito madrileño’ que hizo las delicias de los comensales.
Por compromisos adquiridos con anterioridad, no pudieron asistir al acto ni el embajador ni el cónsul, siendo representados ambos por el primer secretario de la Embajada de España en Chile, Jaime Moreno.
Tras la locución de bienvenida a cargo del presidente de la colectividad, Elías Vila, y las palabras de Jaime Moreno, se dio comienzo a la reunión, siendo los encargados de abrir los festejos los miembros de la Agrupación Musical Madrileña que, como es costumbre, deleitaron a la concurrencia con sus interpretaciones tradicionales, provocando con la canción ‘Que Viva España’ la salida espontánea de los asistentes a la pista de baile, quienes haciendo uso de su gracia castiza, bordaron emocionantes pasodobles.
Luego de la degustación del típico menú se sucedieron las actuaciones de espontáneos, causando algunas de ellas, gran aceptación entre los asistentes. Hubo los consabidos sorteos de regalos que constituyen un recuerdo de esta entrañable fiesta madrileña, tradicional y familiar.
Después de la brillante actuación del conjunto de la escuela de baile de José Luis Sobarzo que, entre otras, coreografiaron con gracia un fragmento de la ‘Verbena de La Paloma’, se dio paso a la sesión de baile popular, incluídas unas sabrosas sevillanas interpretadas con salero por parte del público asistente.
Mención especial también merece la participación de la tuna que, con sus alegres sones, coreados y aplaudidos por la concurrencia mientras recorrían las mesas, pusieron una nota colorida y alegre al festejo.
La reunión terminó con la tradicional merienda a base de chocolate con churros, dando con ello fin a esta entrañable reunión de miembros de la colectividad madrileña de Chile y sus fieles simpatizantes.
La directiva de la colectividad debe sentirse orgullosa de haber conseguido este nuevo éxito, reuniendo familiarmente a este grupo de más de doscientas cincuenta personas, animadas por el sabor castizo que saben imprimir a sus eventos.