El audiovisual se centra en los pueblos inundados por el Miño en Belesar

Más de un centenar de personas asisten en Madrid a la proyección del documental ‘Asolagados’

Pese a la tarde fría y desapacible madrileña, más de un centenar de personas acudieron a la Casa de Galicia en Madrid para asistir a la proyección-coloquio del documental ‘Asolagados’.

Más de un centenar de personas asisten en Madrid a la proyección del documental ‘Asolagados’
Más de cien personas acudieron a la proyección
Más de cien personas acudieron a la proyección.

Pese a la tarde fría y desapacible madrileña, más de un centenar de personas acudieron a la Casa de Galicia en Madrid para asistir a la proyección-coloquio del documental ‘Asolagados’. El audiovisual refleja, cincuenta años después, las imágenes actuales de aquellos lugares y los testimonios de una decena de vecinos de los pueblos que fueron inundados por el Miño, tras la construcción del embalse de Belesar, en 1963.

La presentación del acto corrió a cargo del coordinador de Actividades de la Casa, Ramón Jiménez, y en él intervinieron el director y la productora del documental, David Vázquez y Cristina López.

La idea de hacer el documental surgió en 2011 cuando el embalse bajó mucho por unas obras, y los pueblos quedaron a la vista. Por ejemplo, el viejo Portomarín se ve cada año, pero no éstos, que están más abajo en el curso del río. “Lo estábamos cubriendo para la televisión local de Chantada y las imágenes eran muy potentes. Nos impresionó mucho a todo el equipo ver aquellos pueblos  que llevaban 48 años sumergidos y posiblemente no volverían a salir a la luz”, dijo Cristina.

Luego localizaron a personas que habían vivido allí, y que poco a poco, conforme aumentaba la confianza les fueron contando sus historias. “Fue difícil. Había muchas reservas. Temores, miedos. Nos confiaron sus vidas, sus sentimientos y no podíamos fallarles. Era necesario seguir y registrar todo aquello”, dijo David.

Los protagonistas son esos vecinos, cuyas vidas tomaron diferentes caminos, y vuelven a sus lugares de origen, evocan cómo eran sus pueblos por entonces. Son las gentes que tuvieron que abandonar sus casas, huertas y tierras en pueblos como Abideira, Porto, Castro Candaz, Santa Marta, Pincelo, Ponte Fortes, A Samugueira, San Paio, Mourulle, Portomeñe, A Hermida, Ribó, así hasta 26 lugares que desaparecieron para siempre al ser anegados por el embalse.

El documental muestra imágenes y sonidos de la Ribeira Sacra, con los restos de las casas, los caminos, el molino, los hornos de antaño y hasta los ‘chanteriros’ de las coles que quedaron atrás. Para todos fue traumático. “A mi me preguntaban de dónde era y yo no sabía qué decir, parecía tonto, pero mi pueblo ya no existía”, dice uno de los vecinos que interviene.

Se quedaron sin raíces, de un día para otro, porque a los pueblos grandes les llegó el aviso,  pero a los pequeños la gente se enteró cuando un día despertaron y el agua ya entraba en casa.

Para David Vázquez, impresiona que a día de hoy, si pudieran, todos volverían a sus pueblos y además lo hablaron y se dieron cuenta de todo lo que perdieron, especialmente al ver el documental. Explicó que los protagonistas “se emocionaron, estaban tranquilos y estaban muy agradecidos por haber recuperado ese pasado para ellos, un pasado que estaba perdido”.

Para el director, “somos gente humilde que quisimos hacer un trabajo humilde respetando en todo momento la voz y la vida de nuestros protagonistas inundados. Lo que comenzó como algo entre amigos está cogiendo matices muy interesantes porque el mensaje está calando hondo, no deja indiferente a nadie y está teniendo muy buena acogida. Esto nos sorprende y también nos hace estar muy satisfechos”.

La proyección se realizó en gallego con subtítulos en castellano y entre los asistentes estaba el escritor Julio Llamazares, cuyo pueblo en León corrió la misma suerte. También acudió el alumnado de gallego del ‘Espazo das Línguas Ibéricas’, que participaron activamente en el coloquio.