Manuel Pérez: “A los que quieren salir de Venezuela les decimos la verdad, que no es fácil conseguir piso ni trabajo aquí”

El próximo 10 de enero es la fecha límite para la proclamación de presidente en la república bolivariana y muchos de sus residentes aguardan el momento para decidir su futuro. El día marca el punto de inflexión porque lo que entonces acontezca influirá en la decisión de aquellos que tratan de ajustar sus vidas al modelo del siglo XXI.
La Federación Venezolana de Galicia (Fevega) se ha convertido de un tiempo a esta parte en el ‘faro’ hacia el que miran los venezolanos que ya han optado por emigrar, huyendo del deterioro económico y social que desencadenaron las políticas ‘populistas’ de Chávez y Maduro en todo lo que va de este siglo. En sus instalaciones, que comparten con la Asociación Amigos de Venezuela, en Vigo, reciben a diario la visita de recién llegados que buscan en estas entidades una tabla de salvación para su situación personal, que suele ser más que preocupante: no tienen medios ni dinero suficiente para afrontar el día a día en Galicia ni tampoco papeles, lo que les obliga a buscar trabajo en negro.
“A la asociación llegan personas con una maleta, pero sin papeles y no tienen dónde dormir, por lo que hay que derivarlos a los albergues y a los comedores sociales”, que, por otra parte, ya “están colapsados”, comenta el presidente de Fevega, Manuel Pérez. Conocedor de la situación y del desconcierto que invade a los recién llegados nada más aterrizar en Galicia, Pérez hace una llamada a la emigración responsable, que pasa por informarse de los requisitos necesarios para establecerse en un país distinto del de origen, de los papeles que se requieren para encontrar empleo o para estudiar, así como de las dificultades a la hora de acceder a una vivienda.
Las hermandades gallegas en Venezuela se encargan de realizar esta labor 'in situ', pero también la Federación y las asociaciones que la forman (repartidas por Lugo, Ourense y Vigo) –con ayuda de la Secretaría Xeral de Emigración–, que programan conferencias con el exterior haciendo uso de las nuevas tecnologías. En esos encuentros, se informa a los interlocutores de la realidad de Galicia y de España acerca de la posibilidad de acceder a un piso o ejercer una determinada profesión, porque el precio del alquiler se disparó en España en los últimos tiempos, y desempeñar una carrera profesional requiere de la homologación del título o emprender los estudios de nuevo.
Permiso de trabajo
Una vez en Galicia sin haber previsto tales circunstancias, “la gente comienza a buscarse la vida y se fomenta el trabajo en negro”, comenta el dirigente de la Federación, quien constata que hay “médicos, abogados o ingenieros ejerciendo como repartidores”, por lo que demanda al Gobierno de España “una ley para que puedan entrar al país determinadas personas con permiso de trabajo”. Pérez considera que la ley que regula estas cuestiones “debería ser revisada, porque si España necesita mano de obra”, estaría bien que se aprovechara “la cantidad de extranjeros que están llegando” al país. A su entender, lo bueno sería que a estas personas “se les dé la posibilidad de trabajar legalmente”, porque es la manera de que “coticen a la Seguridad Social y aporten al fondo común”.
La comunidad venezolana es la que tiene mayor presencia en la Seguridad Social, asegura Pérez, quien informa de que Galicia cuenta con 100.000 personas con permiso de trabajo. La cifra debería ser más alta, ya que, en la Federación se tiene constancia de que hay empresarios dispuestos a dar trabajo a los emigrantes, pero la falta de papeles lo hace inviable.
Ante este panorama, “yo haría un llamado a la emigración responsable”, insiste el presidente federativo, quien insta a los interesados en emprender la dura experiencia de la emigración a que se informen primero. Y en Fevega “les vamos a decir la verdad”, asegura. “No les vamos a decir: vente, que aquí está buenísimo, sino que les vamos a informar de que no van a poder conseguir un piso” y que van a estar un tiempo sin ingresos porque si no traen papeles, no van a poder acceder a un empleo.
Por su experiencia de años como retornado, el máximo representante de la federación que agrupa a los venezolanos en Galicia y a los retornados, considera probado que los venezolanos que llegan “se integran muy bien” y salen adelante, porque “el venezolano es muy emprendedor y busca sobrevivir”. Además, como ocurría con “el gallego, el italiano o el portugués que emigraba, que los contrataban al momento, porque sabían que eran buenos trabajadores, lo mismo ocurre ahora con el venezolano. Está bien visto”, corrobora, aunque, al principio, “casi todos están trabajando en negro”. Sabido es que los que emigran “tienen interés en trabajar”, por lo que reclama que se les dé el permiso de turista por tres meses y cuanto antes también, el de trabajo, para que puedan ganarse la vida, “porque vienen a trabajar, no a otra cosa”, apostilla.
Homologación de títulos
Otros aspectos que hay que tener en cuenta cuando se habla de emigración y sobre el que Manuel Pérez hace hincapié es el que se refiere a la homologación de títulos académicos y del carné de conducir. Las circunstancias en las que un médico, un ingeniero o un abogado obtiene un título o el premiso para circular con un vehículo en cualquier país de Latinoamérica son distintas que en España, pero esas son cuestiones que el Gobierno debería tener en cuenta a la hora de homologar los títulos y los permisos, desliza. Al respecto, aboga por elaborar una ley para que estas personas puedan ejercer su profesión cuando estén preparados, porque en España “se necesitan muchos trabajadores”, atestigua.
Respecto a los inmigrantes que carecen de arraigo en Galicia, considera que “hay que ayudarles con la documentación”, buscar la manera de “incorporarlos al mercado laboral” y no dejarlos en el “abandono” para que la única opción que tengan no sea trabajar en negro”. Porque “todos queremos que contribuyan” al sostenimiento del sistema”, puntualiza, por eso le pedimos al Gobierno que “busque la manera de incorporarlos de manera legal”. Caso aparte es el de los emigrantes retornados, porque “cuando tienes documentación todo es distinto”.
Entre los colectivos que más sufren las consecuencias que emanan de un país “casi en guerra” como es Venezuela están los mayores, resalta. Cuando llegan a España “no hay ayudas para ellos”. En Venezuela tienen una pensión de 3,5 dólares, que al cambio son 3 euros, y cuando vienen “ni siquiera eso traen”. El convenio que Venezuela tiene con España les obliga a trabajar dos años en este país para recibir una pensión de 480 euros, pero “muchos de ellos llegan en edad avanzada y les es imposible encontrar un empleo”. La Secretaría Xeral de Emigración colabora con los retornados –“Estamos hablando de gente mayor que cuando emigró contribuyó” a paliar situaciones de necesidad “en Galicia”– pero el Estado no colabora y la realidad es que las propiedades que estos tienen en Venezuela no valen nada ahora; los ahorros se han devaluado y el dinero no les alcanza ni para pagar el pasaje cuando deciden abandonar el país.
“Cómo va a gobernar Maduro si no tiene el apoyo internacional”
La colectividad venezolana en Vigo se muestra convencida de que, de aquí al 10 de enero, Nicolás Maduro va a claudicar en su pertinaz empeño por mantenerse en el poder. En el supuesto de que Edmundo González no esté en el país en esa fecha –la pasada semana anunció en el Foro de la Toja que iría para proclamarse presidente–, si Maduro le toma la delantera, “cómo va a gobernar si no tiene el apoyo internacional”, se preguntan personas vinculadas a Fevega, durante un acto celebrado en la entidad, obviando lo que ocurre en Cuba.
“Edmundo ganó” en los comicios del pasado mes de julio, según las actas que presenta la oposición, que han sido contrastadas por el centro Carter, y lo normal es que él sea el presidente, defienden, en contra de la actitud de los que ostentan el poder, que se niegan a presentarlas. Al respecto, ponen el ejemplo de la persona que juega a la lotería y se dispone a cobrar porque dice que le ha tocado. “Si tú no tienes cartón ganador no puedes cobrar. Dices que ganaste, pero no enseñas el cartón...”.
La maniobra muestra la situación política que se está viviendo en Venezuela, donde “todos sabemos que no hay democracia”, apostillan. Asimismo, denuncian: “Nosotros tenemos gente allá” y sabemos que “todos los poderes están en manos del Gobierno”. “El populismo compra voluntades y le mete miedo a la gente”, añaden.
La reacción en estos casos sería salir a la calle a protestar, pero cuando se tiene la posibilidad de viajar al país se entienden los motivos de ese inmovilismo: “Hay matones, que son personas de la milicia militar, con escopetas en las puertas de los supermercados”, que a los que protestan les “pegan un tiro por menos de nada, porque allí nadie paga muerto”, reconocen.
La situación es tan dramática que los familiares les piden que no se comuniquen con ellos, porque si alguien vinculado al poder les detecta el móvil con propaganda en contra del régimen, son detenidos. Y lo mismo sucede con las personas mayores que reciben la bolsa de alimentos. “Si tú protestas, te la quitan”.
“Si no se retoma la democracia en el país, la salida de la población va a ser masiva”
La situación en Venezuela “está terrible”. Cuando “los capitales no confían en un país, los movimientos empiezan a declinar, las empresas empiezan a recortar y la situación económica se pone crítica”, reflexiona el presidente de la Federación de Asociaciones Venezolanas de Galicia (Fevega), Manuel Pérez, quien añade: “Si en un país como España, cuando hay elecciones, se ralentiza la economía, es fácil imaginar lo complicado que se pone allá”.
Algunas voces de representantes de partidos políticos de izquierda en España se alzan en defensa del régimen de Maduro, pero los que residen fuera del país y tienen la oportunidad de comunicarse con sus familiares en Venezuela constatan el deterioro paulatino que ha ido experimentando la república bolivariana con el ‘chavismo’, que ha ido empeorando, hasta llegar a la situación actual, en que está en entredicho la democracia. De todo ello se lamentan en la Federación y para su presidente “la democracia debe ser el norte a seguir por los políticos". “Cualquier demócrata tiene que luchar porque las democracias retornen a cualquier país”, Defiende Pérez. En ese sentido, y a raíz de la deriva que el sistema político ha tomado en la república de Maduro, tras los comicios del pasado julio, “todos los países del mundo están haciendo lo posible para que retorne la democracia a Venezuela”, atestigua. Porque el peligro es que “hoy le toca a Venezuela” vivir un proceso de estas características y “mañana, a Argentina o a España”. Y qué pasará si no se retoma. Al respecto, responde: “Hay que prepararse, porque la salida va a ser masiva”; la gente está “a expensas de lo que ocurra el día 10 de enero” cuando se proclame al presidente.