Con edades entre 3 y 9 años, han logrado avanzar en la danza del flamenco

Las pequeñas de la Escuela de Baile Flamenco del Centro Andaluz de La Habana realizaron una clase demostrativa para cerrar el ciclo

Comienza la tarde del lunes 23 de diciembre, pequeñas correteando y otras terminando de vestirse. El objetivo de tanta algarabía: una clase demostrativa para cerrar el ciclo y el año de las pequeñas bailarinas de la Escuela de Baile Flamenco del Centro Andaluz de La Habana, dirigida por la maestra de maestras Andrea Méndez Sardiña, quien es también su actual profesora.

Las pequeñas de la Escuela de Baile Flamenco del Centro Andaluz de La Habana realizaron una clase demostrativa para cerrar el ciclo
Pequeñas CA Habana 6
Andrea Méndez, con las pequeñas de la Escuela de Baile Flamenco del Centro Andaluz de La Habana.

El acto se inició con unas palabras de Andrea, anunciando lo que se vería y alabando el progreso de las pequeñas, que con edades entre 3 y 9 años han logrado avanzar en la danza del flamenco.

Seguidamente, el dcotor Argel Calcines, de la Oficina del Historiador, habló en nombre de los padres, agradeciendo a la maestra y a su asistente María el trabajo realizado con las niñas durante este período y un agradecimiento especial al actual presidente del Centro, Isidro Jiménez, y a sus colaboradoras, María de los Ángeles y Gloria Díaz, por todo lo logrado, no sólo con la reactivación del Andaluz sino por el rescate de la cultura y las tradiciones tanto cubanas como andaluzas.

Suena la música y empieza la magia. Ejercicios de calentamiento, braceos y poses antes de comenzar el baile, la maestra al frente y detrás las pequeñas que, cual mariposas, se mueven por el tablao, lunares y flores; alegría y nervios a la vez, y debajo, unos padres orgullosos y también nerviosos de ver a sus hijas demostrando lo aprendido.

Coreografías bailadas por todas, una maestra que las guía y que ha dejado su impronta en todas esas alumnas, que, aunque pequeñitas, ya dan sus primeros pasos en el flamenco.

Luego, los asistentes disfrutaron de las más grandes y avanzadas bailarinas, un trabajo coreográfico queda demostrado en el tablao, las más pequeñitas miran con el anhelo de llegar a bailar como ellas, y lo lograrán, pues con la disciplina y el entrenamiento constante, serán capaces de muy pronto, también bailar así.

 Aún queda mucho camino por recorrer, pero se ha podido constatar el avance alcanzado por las pequeñas, las cuales ya son capaces de improvisar por sí solas algún fragmento de la canción.

Se cierra un ciclo, pero continúa el aprendizaje. En enero continuarán las clases, el baile y la alegría. Nuevas niñas se incorporan para aprender y las habituales siguen consolidando y ampliando su repertorio de pasos y de bailes. El flamenco sigue vivo aquí, en este pedacito de Andalucía que es el Centro Andaluz, en esas niñas y en esa maestra que con su labor mantienen latiendo con pasión y fuerza el corazón de un género.  

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