Opinión

O neno emigrante de cinco anos na capital da República Oriental do Uruguai está moi contento neste novo lugar que non ten ningunha semellanza coa aldea de Vimianzo onde nacera. Aínda que só pasaran dous meses da chegada no ‘Cabo de Hornos’ xa case esquecera aqueles 20 días de longa singradura desde o porto da Coruña. Estou a lembrar o mes de febreiro de 1959 que foi cando sentín, no barrio de Aires Puros, que Montevideo estaba cheo de alegría. Aquel primeiro verán quedoume gravado e permanece no meu corazón. O primeiro areal ou praia que coñecín foi a do Buceo e a segunda a de Malvín.


 

El espléndido arenal de la costa de Ribadeo nos brinda su hermosura con una bandera azul e incluso una tarta que porta su nombre. Millares de viajeros nacionales y extranjeros se apropincuan hasta estos lares para observar las faenas de los marineros. Las rocas de la playa de ‘Las Catedrales’ –caprichosas geoformas del divino y cambiante héroe griego y mitológico Proteo­– resisten frente a los crudos temporales del invierno de Galicia. ¿Quién podría evitar el recuerdo de aquel período 2013-2014, cuando tuvieron lugar un sinnúmero de daños en el litoral ribadense? Algunas zonas sufrieron las impías erosiones del impetuoso mar Cantábrico.

“La construcción de estas rudimentarias embarcaciones era muy curiosa e ingeniosos los procedimientos empleados para aprovechar los recursos naturales. Al navegarlas, Diego de Rosales pudo comprobar que, a remo y a velas, con viento favorable, la piragua ‘vuela sobre la espuma sin que la ofendan las hinchadas olas. Él fue quien nos dejó una descripción bastante detallada de su construcción”, nos explica el erudito historiador argentino Juan M. Biedma en su concienzuda Crónica Histórica del Lago Nahuel Huapí, ediciones Del Nuevo Extremo y Caleuche, 4ª edición actualizada, Buenos Aires, 2003.

¿Un monumento natural? ¿Las catedrales? Estamos en la playa de ‘A Mariña’ lucense de Galicia. Uno de los enclaves más visitados de nuestra Tierra Gallega, junto con la Catedral de Santiago de Compostela y las Islas Cíes, dentro del Parque Nacional de Las Islas Atlánticas, tanto marítimo como terrestre. He aquí una playa para visitar y, a la vez, extraviarse durante unas horas: aquellas que nos da licencia el tiempo de la “bajamar”, en medio de las rocas y las grutas, los arcos y la luz y el sonido y los contrastes con que nos obsequia este jardín de magia.

“A los fundadores de la mítica ‘Ciudad de los Césares’ también se les asigna distinto origen: incas fugitivos de Almagro, náufragos de la expedición de Simón de Alcazaba, de la del obispo de Plasencia, Gutiérrez Vargas de Carvajal (1539). El grupo inicial había sido engrosado por supervivientes de las colonias ‘Nombre de Jesús’ y ‘Rey Don Felipe’ (1583), fundadas por Pedro Sarmiento de Gamboa, y fugitivos de Osorno cuando fue destruida por los indígenas en 1599”, subraya el reconocido historiador argentino Juan M. Biedma en su insoslayable y monumental obra Crónica Histórica del Lago Nahuel Huapí, ediciones Del Nuevo Extremo y Caleuche, 4ª edición actualizada, Buenos Aires, 2003.

 

Caminando por las pontevedresas tierras y aguas de Poio, aflora la pregunta: “¿Era Cristóbal Colón de origen gallego?”. La tesis de que el Gran Almirante tuvo su cuna aquí, en el ‘concello’ de Poio, no deja de ser una teoría –entre otras muchas, aparte de la de Génova, bien sostenida en el tiempo– que suma más de 100 años de historia y algunos adeptos. El investigador Celso García de la Riega, junto con otros estudiosos e historiadores, hallaron en su día diversas evidencias –la toponimia, sobre todo lo demás– que engarzan al ‘elegido’ Christophoros Columbus con las tierras de Poio desde el primer momento de su nacimiento.

Os amigos montevideanos de Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao quedaron fondamente entristecidos polo falecemento en Bos Aires do exiliado rianxeiro que trouxera ao Río da Prata o lume aceso da identidade no seu corazón. En setembro de 1950 deciden fundar un programa de radio en lembranza de quen os enchera de forza para defender un estatuto de autonomía para Galicia. Así nace ‘Sempre en Galicia’ que o vindeiro 3 de setembro celebrará a festa do seu 73 aniversario. Hai que informar que o programa emítese enteiramente en lingua galega o cal fai que sexa merecente dos maiores recoñecementos.

“Juan Fernández con certeza llegó a Nahuel Huapí y le correspondería, por consiguiente el mérito del descubrimiento del famoso lago, como capitán, en 1620. Durante muchos años este privilegio fue atribuido al capitán Diego Flórez de León, maestre de campo, caballero de la Orden de Santiago y de distinguida actuación en la conquista de Chile”, afirma el reconocido historiador argentino Juan M. Biedma en su sin par libro Crónica Histórica del Lago Nahuel Huapí, ediciones Del Nuevo Extremo y Caleuche, 4ª edición actualizada, Buenos Aires, 2003.

Nuevas identidades, identidades diluidas, tal vez no-identidades o identidades únicas, globales (¿inexistentes?), transforman la imagen en el espejo de mujeres y hombres  interpelados  por  una modernidad que se presenta incapaz de mantener vigente la historia individual y colectiva de los pueblos, sus tradiciones y costumbres, lengua, música, comida; aquello que los (nos) hace peculiares, especialmente a los (in)migrantes. La alimentación, sin duda entre otros factores, está enlazada con la identidad de un pueblo. En la historia de la Humanidad, nosotros,  los humanos, como todo animal, por principio vital e instinto buscamos sobrevivir en el medio hostil en el que nos tocó actuar, y para lograr el objetivo teníamos que  satisfacer las necesidades primarias: comer y beber; Qué, y cómo comer, fue la premisa básica en el desarrollo de los diferentes pueblos, el factor, insistimos, determinante de su identidad.

Continuando por las seductoras tierras y aguas del ‘concello’ pontevedrés de Poio, llegamos a Combarro, imprescindible visita para quien quiera conocer las ‘Rías Baixas’. ‘Mariñeira’ parroquia que atesora un acervo histórico y artístico que abarca toda la almendra de la antigua villa. Ved aquí señeros paradigmas de arquitectura popular gallega del siglo XVIII, el Siglo de las Luces.

“Villagra fue detenido en Cuyo en el invierno de 1551, luego ordenó una expedición hacia el sur. Éste fue el primer intento para buscar la fabulosa ciudad de los Césares. Las tropas de Villagra, después de soportar un sinnúmero de fatigas y perder muchos caballos, regresaron sin hallar, por supuesto, ni rastros de la misteriosa ciudad”, leemos en las páginas del admirable libro Crónica histórica del lago Nahuyel Huapí, 4ª edición actualizada en 2003, ediciones Caleuche y Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2003, cuyo autor es el historiador Juan M. Biedma.
Estamos en Poio, en la orilla norte de la ría de Pontevedra. He aquí un valle fluvial hundido en el mar. Este paisaje crea un esplendente balcón de la ría a lo largo de la ladera del monte Castrove. Son bosques en su parte más alta, una reducida franja agraria y el litoral, donde se reúne la mayoría de la población, al igual que su actividad social y de ocio.
“En el descubrimiento y poblamiento de la región del lago Nahuel Huapí jugaron factores que determinaron la procedencia de unas corrientes expedicionarias sobre otras. Contra una primera impresión, la inmensa mole de los Andes no impidió que fueran españoles de Chile los primeros en llegar, y aún durante muchos años el acoso desde el Océano Pacífico tuvo prioridad sobre quienes partían desde el océano Atlántico”, subraya el historiador argentino Juan M. Biedma en su imprescindible obra Crónica histórica del lago Nahuel Huapí, Ediciones Caleuche y Del Nuevo Extremo, 4ª edición actualizada, Buenos Aires, 2003.

Henos ahora en la esplendorosa y reposada villa de Redondela de Galicia. Si bien habitada desde inmemoriales siglos, el conjunto de las ‘rúas’ y ‘prazas’ reciben su génesis durante la época del Medievo. Por entonces, Redondela estaba dividida entre ‘Vilavella’ y ‘Vilanova’, trenzadas mediante un puente sobre el río Alvedosa. Una población de alma marinera, cuyo puerto su mayor eje era económico, hoy conocida como ‘Vila dos Viaductos’ en homenaje y recuerdo de las dos respetables construcciones ferroviarias levantadas durante la segunda mitad del siglo XIX.

“El autor de esta obra, significativo aporte al conocimiento histórico-geográfico del país, el catedrático Juan Martín Biedma, nació en Buenos Aires el 26 de marzo de 1924, hijo del eminente pedagogo don Carlos María Biedma, creador de la Escuela Argentina Modelo. Por sus aulas han desfilado generaciones de argentinos, entre los cuales incluyo hijos y nietos míos, con lo cual de su calidad de ‘modelo’ puedo dar fe, pues he visto y experimentado en familia su excepcional calidad”, escribe Armando Braun Menéndez en el ‘Prólogo a la 1ª edición’ del concienzudo libro titulado Crónica histórica del Lago Nahuel Huapí, editoriales Caleuche y Del Nuevo Extremo, 4ª edición actualizada, Buenos Aires, 2003.

He aquí el ‘Cemiterio dos Eidos’ –un bello jardín romántico– de la Villa de Redondela de Galicia, provincia de Pontevedra. Un tiempo hubo en que se tenía por costumbre enterrar los cadáveres en el interior de los templos, con la creencia de que las reliquias de los Santos los protegerían y que sus imágenes y sacros rituales, que allí se llevaban a término, ayudarían al alma a alcanzar el Cielo. Ahora bien, tal hecho tuvo, desde luego, sus detractores a lo largo de los siglos, poniendo de relieve la circunstancia de la permanente insalubridad.

Os anos van pasando pero non esquezo aqueles meus vinte días no ‘Cabo de Hornos’ desde o porto da Coruña ata o porto de Montevideo. Para min foi case coma unha excursión. Eu tiña cinco anos e levaba meses coa imaxe de meu pai na cabeza e devecido por coñecer o lugar onde emigrara uns anos antes. A verdade é que na aldea (Tines-Vimianzo) era moi feliz. Era o primeiro neto da parte materna e vivía coa miña avoa Concepción que me agarimaba con chocolate e unhas moi saborosas merendas de ovos con azucre ou follados (filloas gordas) pero o nome Montevideo, que para min era Montemineo, soábame a cousa boa. A miña nai dicía que alí os invernos eran moi curtos e que axiña ía comezar a escola.

“En 1582 fue fundada la ciudad de San Felipe de Lerma, que recibió del valle en que estaba situado el nombre de Salta. Las riquezas minerales de la sierra de Famatina atrajeron a los conquistadores hacia otros valles, y en 1591 se fundó La Rioja; y para vigilar la boca de la quebrada de Humahuaca se fundó en 1593 San salvador de Jujuy. No mucho antes, el cuarto ‘Adelantado’ Juan Torres de Vera y Aragón había fundado en el alto Paraná la ciudad de Corrientes en 1588”, escribe el renombrado historiador argentino José Luis Romero en su señera obra Breve historia de la Argentina, Fondo de Cultura Económica, colección ‘Tierra Firme’, edición actualizada, Buenos Aires, 2004.

“Viniendo del Perú hacia el sur, en cambio, los españoles de la tierra de la plata lograron hallar una salida hacia la cuenca de los grandes ríos. Diego de Almagro recorrió en 1536 el noroeste argentino. Poco después, en 1542, Diego de Rojas –y sus hombres después de su muerte– cruzaron esa misma región, que se conoció con el nombre de El Tucumán y llegaron hasta las bocas del Carcarañá. Y algo más tarde, Núñez del Prado fundó en esa comarca la primera ciudad, que llamó del Barco”, leemos en las seductoras páginas del libro titulado Breve historia de la Argentina, escrito por el ponderado historiador argentino José Luis Romero, cuya edición corresponde a la editorial ‘Fondo de Cultura Económica’, colección ‘Tierra Firme’, Buenos Aires, 2004.